El debate del posmacrimo: ¿quién maneja al PRO después de las elecciones desde el búnker de Balcarce?

Pese a la renovada enjundia del macrismo en la campaña electoral, por lo bajo pocos dirigentes son optimistas y ya piensan en lo que ocurrirá con las figuras del PRO tras el 10 de diciembre. La vuelta al ámbito privado de muchos ministros y el renovado recelo sobre los CEOS.
Por: Emiliano Russo

Aunque el presidente y las principales figuras de Cambiemos estén inmersos en la campaña del «Sí Se Puede» -parecería que más que para dar vuelta el resultado de las primarias para asegurar los pocos más de 8 millones de votos obtenidos en esa instancia que permitan un futuro político del hoy oficialismo-, en reuniones privadas y en charlas por lo bajo ya se discute el posmacrismo que finalmente dependerá de los guarismos finales del 27 de octubre.

Pero muchos dirigentes ya vislumbran a Horacio Rodríguez Larreta -en caso de reelegir en la Ciudad- haciéndose cargo del búnker PRO de Balcarce 412, alejando del icónico edificio a Marcos Peña y a todo el equipo de estrategia digital, a María Eugenia Vidal a cargo de una construcción política «mas horizontal» y, claro, la incógnita es qué pasara con el propio Macri que ahora pareceria haber archivado su retiro de la política.

Varias calificadas fuentes del oficialismo consultadas coinciden que, en caso de una dura derrota el 27 de octubre de Juntos por el Cambio, es inevitable el alejameinto del «peñismo» del edificio del PRO ubicado en Balcarce 412 (tras varios años de alquiler, el partido lo compró hace 2 años por una suma cercana a los 4 millones de dólares). «Se va a reconfigurar su funcionamiento y van a asumir su liderazgo Vidal y Rodríguez Larreta», cuentan, con diferentes matices.

Sucede que algunos dirgentes valoran a Horacio Rodríguez Larreta como hábil negociador pero estiman que para lo que viene se necesitará «una oposicón más confrontativa». Hoy en el edificio ubicado a poco más 3 cuadras de la Casa Rosada funciona la maquinaria electoral y de campaña digital que quedaría perimida y, así, perderían su lugar los hoy influyentes Federico Morales -que, por ejemplo, creó los «Defensores del Cambio»- y Guillermo Riera, a cargo de redes y spots, un ex funcionario que perdió su cargo en uno los tantos ajustes del organigrama estatal llevado adelante por el macrismo.

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No todos coinciden en sindicar a Peña como el «cabeza de turco» y responsable único de una eventual derrota electoral. «Marcos es Mauricio, no hace nada que no quiera el presidente. El que dice lo contrario desconoce cómo se manejaba en el Grupo Macri, mandando», sostiene, a su turno, otra calificada fuente del Ejecutivo. Con todo, Horacio Rodríguez Larreta podría asumir el liderazgo del búnker PRO -cerca de Vidal descartan asimilarla al partido de color amarillo- y, de hecho, la semana pasada el jefe de gobierno desembarcó en esas oficinas con otros candidatos porteños para encabezar una jornada de difusión de propuestas.

Los dirigentes consultados rescatan a Vidal como una dirigente joven -tiene 46 años- y que conservaría influencia sobre el Senado provincial dado que en caso de repetir los guarismos del 11 de agosto, Cambiemos podría mantenerse como la primera minoría por los escaños logrados en 2017. Dependerá, en todo caso, de la continuidad de esa coalición electoral que se percibe más probable en la Provincia que a nivel nacional. En la cámara alta bonaerense la fuerza podría retener el año próximo 25 escaños y en Diputados, unos 40.

«Hay que ayudar a María Eugenia. Aunque pierda un caudal importante con la gente, enfrente va a estar La Cámpora y el poder enloquece. Va a ser una dirigente valiosa y podría encabezar la lista para Diputados e 2021«, reflexiona un histórico dirigente PRO que, desde diciembre, se va a recostar en torno de la actual gobernadora. Cerca de la oriunda de Flores, con todo, consideran «prematuro» esta posibilidad.

Al ser consultado sobre la continuidad de la alianza gobernante, el dirigente define a Cambiemos «como una pyme. Va a depender del número final que saque Mauricio, si está más cerca del 32 o del 40. Si la derrota es muy dura va a ser difícil».

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Cerca de la gobernadora admiten que «el colchón político» en el que se podrá recostar dependerá si logra achicar la diferencia con Axel Kicillof, que le sacó casi 20 puntos en las elecciones primarias. En el vidalismo consideran que es importante que el alcalde porteño reelija y ven a ambos dirigentes como «una sociedad» y no compitiendo entre sí. Claro habrá que ver qué decide hacer Mauricio Macri en caso de no reelegir: en su entorno ahora descartan que se aleje de la política. Si el albertismo lo llegara a perseguir judicialmente, «lo obligarían a conducir a la oposición como ocurrió con Cristina», reflexiona un funcionario provincial.

Los estrategas de la mandataria ven su futuro político alejado del PRO puro y sí en pos de una construcción «transversal» que incluya a sectores del peronismo, la UCR y la Coalición Cívica. «No le sirve ponerse un traje de un solo color político», asegura, a su turno, un estrecho colabadorador de la gobernadora.

Lo cierto es que tras el 10 de diciembre, la gobernadora abandonaría la Base de Morón y en primer término se mudaría a la casa de sus padres en Castelar. Pero en la actualidad está «por comprar» un departamento en Capital Federal ya que «sus hijas comenzarán a cursar en la UBA», cuentan en su entorno.

En el medio de este debate interno, varios ministros han ordenado a sus dependencias llevar adelante un «balance de gestión» y cerrar expedientes y otros están «aterrizando y prepando su estrategia judicial en caso que les lleguen demandas desde diciembre».

El ala política no sólo cuestiona al consultor ecuatoriano Jaime Durán Barba por la fracasada estrategia de polarización. «Los CEOS se dieron el gusto de hacer un `bien a la patria` al asumir como ministros pero no pusieron un peso para la campaña. Ahí ves su compromiso», dispara uno de los funcionarios arrastrados por la crisis y que deja ver una de las grietas internas del macrismo.

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Pero, claro, no sólo se especula sobre el futuro de los principales referentes de Cambiemos sino que el resto de los funcionarios medita sobre su continuidad laboral (las segundas y terceras líneas ya están en esa instancia horas después de las primarias).

El vicejefe de gabinete, Andrés Ibarra, no se ve volviendo a las empresas del grupo Macri, como Sideco, desde donde construyó vínculo con el primer mandatario. Vinculado a la conectividad y a la modernización del estado, podría seguir su carrera en una consultora.

El senador Federico Pinedo termina mandato el 10 de diciembre y quedó afuera de todas listas de candidatos. Histórico legislador del PRO, en la intimidad piensa en volver a la actividad privada y para ello le encomendó a algunos colaboradores reactivar el estudio de abogados que supo conducir décadas atrás.

Adriana Cáceres asumió como directora de Juventud una semana antes de las PASO en lugar del emigrado Peter Robredo. Ocupa un edificio de Las Cañitas -uno de los tantos llevados a remate por la AABE (ex Onabe) que debe ser desalojado en diciembre próximo- y fue creciendo en el PRO bajo el aura de Marcos Peña. Su futuro es incierto pero en la intimidad espera asumir como diputada nacional en en caso que Guillermo Montenegro triunfe como en la elección a intendente de Mar del Plata y pueda asumir en su lugar: fue candidata en el puesto número 16 en la lista de diputados nacionales en la buena elección que realizó el oficalismo en 2017 (consiguió 15 escaños en la cámara baja).

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