CUD (Certificado único de discapacidad): Es la última instancia del proceso del diagnóstico de CEA (condiciones del espectro autista) y al mismo tiempo la más tediosa y revictimizante para la persona y su entorno familiar.
Cuando a una persona le diagnostican una discapacidad debe sacar un Certificado Único de Discapacidad (CUD) que le permite tener derechos específicos y la cobertura de su tratamiento médico. En esta oportunidad, presentamos una guía práctica sobre las etapas que conforman el proceso de la tramitación del CUD.
El CUD es un documento público, gratuito y confidencial, cuyo fin es que los beneficiarios del mismo puedan ampararse en la Ley de Discapacidad basada en lo que establece la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad que obliga al Estado a cumplir con los derechos humanos que determinan el acceso a las prestaciones básicas establecidos por la Ley 22431 y la 24901 que brinda los siguientes beneficios:
- Pase libre en transporte público.
- Obtención del símbolo (logo) internacional de acceso para el automóvil, exención de la patente, gestión de libre tránsito y estacionamiento.
- Acceso al régimen familiar en ANSES.
- Obtención de beneficios para la compra de automotores.
- Obtención de exenciones de algunos impuestos.
- Cupo del 4% para vacantes de empleo público y las empresas privadas que contraten por tiempo indeterminados gozarán de un 50% de exención de contribuciones patronales durante un año.
- Las obras sociales, las empresas de medicina prepaga y el Estado Nacional deben cubrir el 100% de los gastos de todas las prestaciones que necesite una persona con discapacidad para su correcta habilitación y/o rehabilitación.
Los Requisitos para obtenerlo son los siguientes:
- Certificado médico original con una antigüedad no mayor a seis meses. En el mismo debe figurar el diagnóstico completo, fecha, firma y sello del psicólogo especialista.
- Certificados expedidos por otros profesionales, si se considera oportuno. La fecha de expedido no puede ser mayor a seis meses.
- DNI, LC o pasaporte original.
- Si el solicitante posee obra social, también deberá adjuntar una fotocopia de la primera y segunda hoja del DNI y una fotocopia del último recibo de sueldo (si trabaja) o del familiar que lo tenga a cargo si no trabaja.
- En caso de que la persona que está realizando el trámite de discapacidadesté jubilada, entonces deberá presentar una copia del recibo de cobro.
- Si se trata de una renovación del Certificado Único de Discapacidad, los pasos a seguir serán los mismos que la primera vez, con la diferencia que para renovar también deberá presentar el certificado original vencido.
El Certificado Único de Discapacidad no tiene ningún costo y puede ser realizado por el solicitante o un tercero que posea documentación que valide el vínculo.
¿Dónde se realiza el trámite?
El trámite se realiza en el Servicio Social Zonal más cercano a tu domicilio en el caso de tramitarlo en CABA se debe ingresar al link donde figuran todas las sedes con el horario de 9:30 a 15:30 hs de lunes a viernes, y en el caso de tramitarlo en la provincia de Buenos aires debe ingresar al link, donde se detallan las sedes por municipio y sus respectivos horarios de atención.
En esta instancia se te brindará asesoramiento e indicará los requisitos según tipo de discapacidad a certificar. La solicitud es personal y debe ser completada y firmada por el interesado o su representante legal.
En la entrevista del Servicio Social Zonal te asesoran sobre los requisitos necesarios y faltantes para sacar el turno con la junta evaluadora; esto puede implicar tener que ir más de una vez al servicio social zonal.
Una vez que se reúne toda esta documentación, hay que dirigirse al Centro Integral de Evaluación y Orientación de la Discapacidad ubicado en la Av. Ingeniero Huergo 1189 en CABA de 9 a 16 hs, y en el caso de la provincia de Buenos Aires hay que ingresar al link donde se detallan las sedes por municipio y sus respectivos horarios de atención.
La realidad es que las personas que se someten al proceso de obtención se encuentran con que es una tarea más compleja de lo que pareciera, debido a que las instancias que deben atravesar los solicitantes son largas y tediosas, según lo expresaron desde la Federación Argentina de Enfermedades Poco Frecuentes (FADEPOF), quienes manifestaron su preocupación por los pasos que deben atravesar los pacientes.
Según el organismo, en muchas ocasiones, «las juntas evaluadoras de discapacidad” se han transformado en el “banquillo de los acusados”, en donde, las personas con discapacidad, sobre todo aquellas que tienen una deficiencia que no es visible deben atravesar por un interrogatorio casi “acusatorio” y demostrar que no son culpables de querer sacar rédito de ello.
Inés Castellano, presidente de FADEPOF, expresó: «En la Federación, recibimos una gran cantidad de pedidos de asesoramiento sobre cómo defender su derecho frente al maltrato recibido en las juntas evaluadoras de discapacidad, o frente a la negativa del otorgamiento del CUD, por la falta de conocimiento que poseen los profesionales de la salud de dichas juntas sobre las diversas condiciones, más cuando se trata de enfermedades poco frecuentes».
«Estas situaciones se dan, sobre todo, en personas con una condición no visible físicamente, pero que ocasionan discapacidades viscerales o sensoriales, en quienes las consecuencias representan desventajas, restricciones o limitaciones en la actividad y participación, aspectos que deben ser considerados para la certificación de la discapacidad», enfatizó Inés Castellano.
La institución puntualiza que las personas, cada vez que tienen que pedir o renovar el certificado de discapacidad, se ven enfrentadas a la necesidad de justificar cuál es su afección y pasar por tribunales inquisitorios, en donde, los expertos son más interrogadores violentos y desconfiados, que médicos comprensivos.
La evaluación de la discapacidad bajo estrictos criterios, según la normativa vigente, es fundamental y absolutamente necesaria, pero las situaciones desagradables que trae aparejadas son contraproducentes. Y un enfoque orientado a comprender y acompañar a las personas y familias en ese proceso, que habitualmente trae aparejado un gran impacto emocional, tendría efectos mucho más positivos.
La postura distante y descreída de las realidades relacionadas a las condiciones de salud, sumado al desconocimiento etiológico de las patologías, no permite evaluar criteriosamente las condiciones que vive esa persona desde una perspectiva biopsicosocial.
Uno de los puntos centrales de la discusión radica en el nivel de conocimiento de los profesionales de la salud que integran las juntas evaluadoras, en lo referido a las consecuencias vinculadas a la discapacidad de las personas que ven condicionada su plena actividad y participación social.