Todo lo que tenés que saber para armar tus primeras vacaciones con amigos

Alquilar un departamento en la costa y disfrutar del sol y de la noche sin la mirada de un adulto suele ser el paso obligado de los adolescentes de 17 y 18 años que terminan sus estudios secundarios. ¿Qué opinan los psicólogos, cómo se preparan los padres y de qué manera reciben a estos jóvenes turistas las ciudades más convocantes: ¿Pinamar y Villa Gesell?
Por: Silvina Ocampo

Tienen entre 17 y 18 años. Ya se fueron de campamento, gira deportiva y/o viaje de egresados. Eso significa que definitivamente le están encontrando el gustito a la experiencia de viajar sin la compañía familiar. Entonces, casi seguro ya están organizando para este verano juntarse con 3 o 4 amigos para alquilar un departamento en la costa y prolongar esa grata experiencia en la que lo único que importa es divertirse. Y es así, para más de uno serán las última vacaciones largas… se viene la universidad y la posibilidad de comenzar en algún trabajo. Volver a coincidir con esas/os amigas/as del alma ya no será sencillo. Pero, ¿están preparados para instalarse solos en un departamento? ¿qué tan seguros son los lugares que suelen elegir? #BORDER consultó con psicólogas y representantes del turismo costero para ver cómo es el panorama y qué pueden esperar los padres.

CONSTRUIR RECURSOS.Uno de los aprendizajes más complejos de la vida es la libertad y, para poder ejercerla, hay que contar con recursos, analizaMarcela Altschul, psicopedagoga, psicoanalista ydirectora de Entramar, espacio de capacitacióny completa: No obstante por estos días nos encontramos con muchosadolescentes que carecen de esas herramientas para resolver con autonomía. Hablo de chicos que hasta los 15 o 16 años no viajaron nunca solos en colectivo. Y ojo que esto no es responsabilidad de los chicos, sino de los adultos que no les dimos el tiempo ni la tolerancia para realizar esos aprendizajes. No supimos convivir con las incomodidades y preocupaciones que implican el desarrollo de esos recursos”, puntualiza la experta.

Esos chicos que no viajaron nunca en colectivo, seguramente tampoco hirvieron unos fideos, ni hablaron con el portero para preguntarle cuándo volvería a funcionar el ascensor. Son niños que se sienten grandes para algunas cosas y no para otras. Sin embargo, buscan nuevas experiencias. “Para los jóvenes en la etapa que se inicia entre los 16 y los 17 años la idea de vacacionar solamente con su familia nuclear les resulta insuficiente. Ellos necesitan poder compartir más tiempo con sus pares, con sus amigos y vivir esta experiencia de autonomía”, entiende la psicóloga y docente universitaria Fabiana Isa.

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No obstante, para muchos padres la idea de dejarlos solos en un departamento suele causar bastante vértigo. “Es que una cosa es ser libre y otra es estar suelto y esto es lo que tenemos que asegurarnos antes de habilitar a un adolescente unas vacaciones con pares”, profundiza Altschul. Si durante el año los chicos han tenido situaciones donde se vieron expuestos a situaciones de peligro –previas descontroladas con exceso de alcohol, salidas donde los adultos siempre terminan rescatando al adolescente que quedó varado en alguna fiesta o mal manejo de la economía del dinero que le adjudican para sus gastos- pues entonces será conveniente posponer ese primer viaje. “Como papás debemos tratar de anticipar situaciones posibles para acompañar. Estar comunicados, tener otros adultos responsables que estén cerca y redes de apoyo. También es necesario poner condiciones claras. La autonomía tiene que estar ligada a la capacidad que pueda tener ese chico para hacerse cargo de sus acciones”, agrega Isa.

Hay que tener en cuenta que los temores más grandes de los adultos antes estos viajes son el exceso de alcohol, las drogas, los encuentros sexuales ocasionales y todas aquellas situaciones en que se expongan a posibles abusos o maltratos. “el manejo de todas estas experiencias están ligadas a los recursos de cada uno. Debemos intentar medir qué pautas externas ha podido internalizar, si son capaces de cuidarse,de decir que no, de no dejarse llevar por lo que hace el grupo, de evaluar correctamentelas situaciones riesgosas y reflexionar sobre si nuestra/o hija/o está en condiciones de autorregularse”.

LAS MÁS ELEGIDAS. Entre las ciudades más convocantes a la hora de recibir jóvenes y tener propuestas tentadoras para ellos están sin dudas Pinamar y Villa Gesell. Claro que Mar del Plata y Punta del Este también suelen verse con gran cantidad de jóvenes, la diferencia fundamental es que en estos dos lugares los jóvenes ya buscan instalarse con auto. Las distancias suelen ser más amplias y les es fundamental tener vehículo para trasladarse. “Villa Gesell es un destino amigable para los jóvenes porque no tienen que hacer grandes distancias para movilizarse, se puede hacer todo a pie, desde ir a la playa hasta salir por la noche a los boliches más populares”, explica Emiliano Felice, secretario de Turismo de dicha localidad y agrega que la ciudad también cuenta con una amplia variedad de alojamientos que solo se dedican a jóvenes. “En enero una quincena para 4 a 6 jóvenes puede rondar los 30.000/50.000 pesos”, informa Felice que asegura que durante el verano y para ordenar la dinámica de circulación de los públicos se implementan distintos tipos de operativos. “Para nosotros es fundamental la convivencia entre los jóvenes y las familias que también eligen nuestra ciudad. Nuestro muestreo nos informa que un 70 por ciento de los turistas que llegan son familias y un 30 grupos de jóvenes solos. Por eso se suele hacer un cordón que acompaña la distancia que va desde la zona donde más alquilan los jóvenes hasta Pueblo Límite, el boliche más buscado. Así evitamos que atraviesen el centro de la ciudad”.

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En Pinamar –que solemos ver tan copada por los jóvenes a la noche en su calle principal- es más difícil encontrar departamentos en alquiler para grupos de jóvenes. “Hay algunos complejos que permiten el alquiler a grupos de jóvenes y en esos contratos se aclara que habrá movimiento nocturno, explica Mariano Damiani, vocal del colegio de martilleros de Pinamar. No obstante, #BORDER llamó a distintas inmobiliarias de la zona y corroboró que muchas no le alquilan a chicos solos. “A nosotros nos contó un montón encontrarles un lugar donde nuestro hijo con 4 amigos pase una semana de vacaciones en Pinamar”, nos confiesa María cuyo hijo tiene 18 años y acaba de egresar de 5º año. “Lo que había para ellos eran departamentos muy feos o desmejoradosy otros demasiado alejados del centro. Cuando por fin encontramos un dúplex lindo y bien ubicado que no tenía la leyenda de “no apto para grupo de jóvenes solos”apenas supieron que se trataba de 5 chicos nos dijeron que no. Solo aceptaron porque mi marido le explicó que nosotros íbamos a estar en un hotel cercano y pasaríamos todos los días para ver que las cosas estuvieran bien. El recibe la llave y la entrega”. ¿Y cómo accedió este matrimonio a apoyar la primera experiencia de su hijo con amigos? “La verdad que nos animamos porque conocemos a nuestro hijo y a sus amigos, son chicos muy tranquilos que hasta estuvieron haciendo algunos trabajitos, pasear perros, cortar pasto, lavar autos y dar clases,para juntar algún dinero y gastarlo allá. La verdad es que es difícil dejarlos ir, pero también hay que permitirles ir adquiriendo sus herramientas”. Por el dúplex para los 5 a 7 cuadras del mar y 3 de Bunge, una semana en enero pagaron $ 44.000.

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Así, dando libertades, pero desde el acompañamiento es como muchos padres habilitan estas primeras vacaciones con amigos. Controlar puede parecer para los adolescentes algo más persecutorio y que invita a mentir, encubrir y ocultar. Otra cosa es que ellos sepan que está la disponibilidad para contener y acompañar desde la empatía y sabiendo también que si meten la pata habrá un adulto que ayude a que esa equivocación se convierta en aprendizaje. Es fundamental transmitirles seguridad para que ellos puedan avanzar en esta vida sin nuestra presencia, pero con el cuidado y el soporte amoroso que uno tiene que darle a un hijo adolescente”, concluye Fabiana Isa.

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