Cuarentena y homeoffice: el desafío de reinventarnos desde la cocina de casa

De qué manera rearmarnos para seguir siendo productivos mientras cuidamos a los chicos y limpiamos la casa es uno de los grandes desafíos que enfrenta nuestra economía familiar. Aquí algunas claves.
Por: Cecilia Alais

La pandemia que estamos atravesando ocasionada por el COVID-19 nos está enfrentando a distintos desafíos. Los padres nos encontramos con múltiples tareas y muchas ocurren en simultáneo: atender al llanto de un hijo que se lastimó, chequear cómo viene el clima así planificamos los lavados, mantener la limpieza de la casa, proveernos de los alimentos y remedios necesarios, desinfectar lo que compramos antes de guardarlo, cocinar, enseñar contenidos escolares a nuestros hijos, atender las necesidades de los adultos mayores de la familia… Algunas prácticas ya las veníamos haciendo, otras no tanto y seguro que ¡no todo al mismo tiempo! A esto se le suma el novedoso (para muchos) “Home office”, o trabajo a distancia.  Aún para los pocos que venían trabajando con esta modalidad, tanto el contexto como las condiciones son muy diferentes.

La transición a esta forma de trabajo fue abrupta lo que conlleva un gran esfuerzo para adaptarnos sumado a la enorme incertidumbre y angustia que genera la pandemia. Ahora bien, podemos también ver las oportunidades de crecimiento, aprendizaje y transformación en lo que puede convertirse en un mejoramiento del bienestar y optimización de nuestros recursos, no solo mientras esta pandemia dure, sino sobre todo, una vez superada.

Les comparto algunos consejos que nos brindan los especialistas (APA, 20 de Marzo 2020) para que tanto empleados como gerentes, directivos y otros profesionales logren trabajar maximizando su potencial.

  • Minimizá las distracciones

Elegí, dentro de las posibilidades, un lugar lo más aislado posible del resto de la actividad de la casa. Se pueden improvisar separadores utilizando muebles, biombos, sábanas o cortinas. La aislación de estímulos visuales ayuda.  Si no se cuenta con un cuarto separado se pueden utilizar auriculares para evitar distracciones auditivas, siempre que se cuente con ayuda de otro adulto que quede a cargo de los niños. Ayuda si se acuerdan períodos para trabajar y mantener el tono bajo y otros de descanso. Los niños son muy creativos y pueden diseñar juntos carteles indicativos con señalizaciones para colgar de puertas o paredes: “Silencio, mamá está trabajando” o “Home office, y marcar ON/OFF” o “Silencio niños en clase”. Planificar los horarios de inicio y finalización de la “jornada laboral” y respetarlos. Esto va tanto para los empleados como para los coordinadores o directivos.

El estrés que provoca la dimensión pandémica de la enfermedad puede interferir en tu concentración. Si logramos mantenernos enfocados en nuestra capacidad para crear y producir, elevamos nuestro bienestar y nuestra sensación de que contamos con recursos para manejar las adversidades.

  • Fijar metas y fronteras

Los expertos sugieren que las metas deben ser pequeñas y se las debe situar en una “zona de desarrollo próximo”. Esto significa que deben plantearnos un desafío y motivarnos, pero a la vez deben ser alcanzables con un esfuerzo moderado. Una vez logrado el objetivo se traza el próximo. Sugieren compartir estos objetivos con nuestros directivos/supervisores/compañeros de trabajo/familiares. Cuando compartimos nuestras metas podemos profundizar nuestro compromiso.

Sugieren también limitar el tiempo de trabajo sosteniendo una rutina y no contestar mensajes y mails laborales cuando terminamos la jornada de trabajo.

  • Planificar la comunicación

Especificar qué canales de comunicación se utilizarán y priorizar encuentros on-line cara a cara. Abordar temáticas que puedan ir más allá de lo estrictamente laboral. Compartir dificultades y dudas. Si se mantiene una rutina de comunicación preestablecida se logrará reducir los niveles de estrés. Cuando hay ausencia de comunicación la tendencia es a pensar que pasó algo malo.

  • Mantener la conexión social

Generar encuentros informales entre los empleados para fortalecer la sensación de estar sostenido por una red que contiene y acompaña. Los expertos sugieren crear un formato especial on-line para compartir novedades, experiencias personales y requerir apoyo si fuera necesario.

Viendo la luz en el sufrimiento podemos atravesar nuestros miedos y afrontar este desafío como una posibilidad para crecer, desarrollar nuestro potencial, explorar aspectos de nuestra personalidad que desconocíamos y reinventarnos a partir de todo lo vivido.  

Cecilia AlaisPsicóloga Clínica (UB). Magister en Psicología Cognitiva y Aprendizaje (Universidad Autónoma de Madrid).

Se especializó en orientación a padres desde una formación integrativa (PNIE).

Diplomada en Psiconeuroinmunoendocrinología (UB), profundizando así sus estudios en la integración mente-cuerpo-entorno y los desarrollos actuales sobre el estrés.

Asesora en Instituciones Educativas en CABA y Zona Norte.

cecialais@hotmail.com

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