#22F: La Justicia avanza pero todavía esperan los olvidados de Once.

Por: María Julia Oliván @mjolivan

EL Fiscal Federal Federico Delgado acaba de ratificar los procesamientos del juez Claudio Bonadío y el expediente queda así a un paso de iniciar el juicio oral por la  Tragedia de Once.

Los hermanos Sergio, Mario y Roque Cirigliano, los dos ex secretarios de Transporte Juan Pablo Schiavi y Ricardo Jaime, el ex titular de la Comisión Nacional de Regunlación el Transporte CNRT) Antonio Luna una decena de funcionarios más y el maquinista Marcos Córdoba, serán juzgados algunas por las figuras de estrago, estrago doloso y otros por defaudación y estafa.

Los ejes de la elevación planteados por la fiscalía son que el desvío de los fondos otorgados por la Nación para el servicio de trenes gueron desviados provocando convirtiendo así al tren «en una bomba de tiempo» que generó el riesgo que derivó en el choque en el que murieron 51 personas y otras 703 fueron heridas.

A la par, los funcionarios públicos de la CNRT y la Secretaría de Transporte se limitaron a llenar papeles cumpliendo con una formalidad, pero sin controlar realmente. Por eso son cómplices, explica el fiscal Delgado en su elevación.

Cabe recordar que la parte de la causa que investiga el rol de los funcionarios durante la concesión para determinar la legalidad de los subsidios, mientras que la investigación por la presunta adminstración fraudulenta de esos fondos quedó en manos del juez Sebastian Ramos.

LLegado a este punto, digo, si estamos cerca como sociedad de determinar con pruebas contundenes que lo de Once NO FUE UN ACCIDENTE, por qué las víctimas siguen siendo marginadas?

En Borderperiodimso, les conté el caso de Mireya, porque como decía mi abuela para muestra basta un botón. Si pueden repásenlo haciendo click acá.

¿Sabían ustedes que nadie les dió un subsidio, un trabajo alternativo por ñas discapacidades que se les generaron o un resarcimiento?

¿Sabían que cuando el gobierno nacional le sacó la concesión al grupo Cirigliano, éstos dejaron de ofrecer las pobres indemnizaciones (en casos 10 mil pesos en otros menos) a los laburantes que volvieron al barrio con sus brazos y piernas quebradas y con sus cabezas aturdidas por el pánico?

SI. Como escucharon. Les sacaron la concesión y dejaron de ofrecer ayuda. Los heridos quedaron en manos de los buitres. Los abogados los seguían a sol y a sombra y algunos han iniciado juicios por resarcimientos.

¿Qué de ese dinero les quedará a los que viajaron en el tren del 22 de Febrero?

Imaginénse.

Falta una pata muy fuerte de ayuda, sostenimiento y contención a las víctimas de la Tragedia de Once. A los familiares de los muertos, pobrecitos. Y a los vivos, que quedaron en un limbo en el que no tienen plata, ni ayuda, ni el cuerpo, que, para los trabajadores es la materia prima para llevar el pan a sus casas.

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