Aunque Alberto Fernández haya negado la creación de un comité de expertos en economía para hacer frente a la crisis devenida de la pandemia y del costo del endeudamiento, mantiene diálogo con economistas y dirigentes de todo el arco ideológico. No sorprende su buena sintonía con Horacio Rodríguez Larreta, como tampoco sus contactos con Carlos Melconian pero sí los que ha tenido con otro economista y ex funcionario PRO: Federico Sturzenegger.

El último lunes, en un reportaje con Radio Rivadavia, dejó en claro la postura de no hacer caso al reclamo de la oposición de ampliar la convocatoria a otros expertos no médicos pero también su pragmatismo al momento de hacer consultas. «Hago política, no tengo problemas con la ideología. Pero los médicos pueden pensar como quieran pero sólo buscan salvar la vida de la gente. Los economistas tienen sus propios dogmas y es muy difícil que se pongan de acuerdo entre 13. Entonces lo único que harían sería confundirme«, dijo el Presidente.

Con todo, el jefe de Estado, acostumbrado a negociar tras bambalinas de sus tiempos de jefe de gabinete o de armador sin cargo público, suele hacer convocatorias o consultas personalmente: ya sea al cotitular de la CGT, Héctor Daer, por afuera de lo que pretenda del ministro de Trabajo, Claudio Moroni, o a economistas de un amplio espacio ideológico.

Un mes y medio antes las elecciones del 27 de octubre que lo encumbraron en la Presidencia, cerca del entonces candidato del Frente de Todos se hacían eco de los rumores de un acercamiento con el consultor Carlos Melconian y la supuesta sugerencia por parte de éste de un plan económico para los primeros meses de gestión. «Alberto habla  permanentemente con Melconian. Y con muchos economistas«, contaba por ese entonces un estrecho colaborador.

Ahora en plena emergencia por la pandemia de coronavirus y cuando Economía busca evitar que el default con la negociación de la deuda externa, #BORDER quiso saber si continuaba el vínculo con el presidente. «Si hablé, como lo hago desde 2005», fue la lacónica respuesta del ex presidente del Banco Nación cuando fue consultado sobre contactos en estos últimos meses.

Lo cierto es que el presidente, al estilo de Néstor Kirchner, busca conocer la evolución diaria de todas las variables de la economía. Y para ello indaga dentro y fuera del gobierno. Aunque respalde fuertemente la negociación con los bonistas que está llevando el ministro Martín Guzmán, está preocupado por conocer los alcances de la crisis vernácula a causa del freno en la producción y comercialización que ocasionó la cuarentena. Fue quien recibió en Olivos  a los dirigentes sociales cuando clamaban hace semanas por la falta de alimentos en los comedores o a empresarios y sindicalistas antes que firmaran el compromiso para descontar 25% de descuento en los salarios de los trabajadores licenciados a cambio que no haya despidos. Ese compromiso también lo expuso cuando estuvo lejos del poder. Operador para algunos, armador para otros, Fernández siempre estuvo vinculado a dirigentes de distintas extracciones políticas.

A mediados de 2017 cuando era jefe de campaña de Florencio Randazzo, aunque en público cuestionaba a al macrismo y a Federico Sturzenegger en particular por haber «dejado a la Argentina con el peor endeudamiento con el megacanje con el actual presidente del Banco Central«, en privado admitía que el economista platense era su único «amigo» dentro del entonces gabinete de Cambiemos y que lo llamaba para aconsejarle que intentara desarmar el sistema de Lebacs que le generaba un enorme endeudamiento al estado (que después heredaron las famosas Lelics).

Ahora desde el entorno del presidente prefieren no opinar sobre sus antiguos vínculos con ex diputado PRO. En tanto, el economista reconoció a este medio que «siempre tuvimos muy buen diálogo pero ahora hace tiempo que no hablamos«.

A propósito de la posible emisión de un billete de $5 mil, que el presidente negó el último lunes, Sturzenegger se despachó con una catarata de tuits volviendo al debate público -en verdad, lo había hecho unas semanas atrás cuando criticó el bono a 100 años que había emitido su sucesor en el Central, Luis Caputo, cuando estaba al mando de Finanzas- para defender los billetes con figuras de animales que llevó a cabo la entidad monetaria bajo su gestión desde 2016.

“Reemplazar próceres por flora y fauna, buscaba enfatizar la vitalidad de una sociedad que se conectaba de manera concreta con sus problemas actuales y futuros. Implicaba tender una mirada al futuro y no hacia el pasado”, sentenció a través de su cuenta de Twitter al tiempo que sostuvo que “finalmente, había una intención de cortar con la grieta. Muchos países han ido por este camino».

Con todo, el economista trataría de no inmiscuirse en asuntos del Central para que el equipo comandado por Miguel Pesce pueda trabajar sin interferencias. Cuando lo consultan sobre si, pese a todo, ha mantenido alguna comunicación con el presidente o su entorno en momentos en que se define la sustentabilidad de la deuda pública, asegura que prefiere «mantenerlo en el ámbito de lo privado«.