Durante las últimas semanas el foco de discusión sobre la educación giró sobre la Ciudad de Buenos Aires. La pretensión que mantuvo CABA para que los alumnos que no pudieron establecer contacto virtual con los docentes vuelvan a cursar de manera presencial bajo protocolos de sanidad generó varis roces con el ministerio dirigido por Nicolás Trotta. Sin embargo, ese árbol que es la educación dentro de la gobernación de Horacio Rodríguez Larreta no deja ver el bosque que es el sistema educativo en el resto del país. Principalmente en los niveles primario y secundario, en donde las dificultades son más grandes. “Esto no es educación virtual”, sintetizó una de las expertas en educación consultadas.
De acuerdo al Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC) actualmente solo el 0,20 por ciento de los estudiantes de nivel inicial, primario y secundario se encuentra cursando en clases presenciales. Poco más que 22 mil alumnos concentrados en Formosa y La Pampa. En el resto del país, la inmensa mayoría continúa por modalidad a distancia.
La situación de las demás provincias
Una de las provincias que mayor puso en evidencia estas problemáticas es Chaco. De acuerdo al subsecretario de planificación docente de aquella provincia, Juan Martín Fernández, de los 170 mil alumnos que cursan en niveles primarios y secundarios no está teniendo contacto un “10 por ciento” del estudiantado. Más adelante reconoció a #BORDER que ese número puede ser incluso de un “20 por ciento”. De acuerdo a Fernández la falta de comunicación entre los alumnos y los docentes tiene su causa principal en la “falta de conectividad” en las zonas rurales. De acuerdo a cifras del gobierno nacional, la zona del nordeste argentino presenta los porcentajes más bajos de hogares con acceso a computadoras con un 40 por ciento.
Sin embargo, a pesar de la ausencia de conectividad como una de las razones más importantes también hizo énfasis en “la ausencia de acompañamiento de la familia” como consecuencia de que “el segmento educativo quedó en manos de los padres”. Dentro de ese porcentaje que oscila entre el 10 y 20 por ciento el funcionario chaqueño estimó que en su mayoría son estudiantes que transitan por la escuela secundaria. De todas maneras, entre 17 mil y 34 alumnos no se encontrarían en contacto con su escuela de acuerdo a ese estimado.
En el caso de Córdoba parece darse una situación similar en relación al alto absentismo adolescente. La secretaria de educación Delia Provinciali le explicó a #BORDER que en la provincia el nivel de desvinculación con los docentes es del 4% en el nivel primario mientras que en la secundaria asciende al 20 y se caracteriza por ser “muy intermitente” y “cercano a la desconexión”. Entre ambos niveles sumarían 227 mil estudiantes sin contacto docente.
Pese al alto porcentaje, la funcionaria cordobesa el alto absentismo en el nivel secundario no es resultado exclusivamente de la pandemia: “La secundaria nació con el mandato de ser una escuela selectiva y hay un porcentaje de abandono que todavía aparece”, explicó al respecto. En este sentido nombró algunas posibles causas de deserción escolar en ese nivel tales como la “(mala) situación económica” que obliga al estudiante a buscar trabajo como así también la “falta de un grupo de pertenencia” que lo contenga.
Un diagnóstico similar realizó la ministra de Educación de Jujuy, Isolda Calsina, quien reconoció que en la provincia norteña “la mitad de los chicos no terminan a tiempo” la secundaria. Aunque agregó que actualmente “no tienen un (análisis) comparativo para saber si la pandemia incidió” en el abandono escolar. A diferencia de los otros dos entrevistados, Calsina situó el número de alumnos sin contacto con los docentes alrededor del 1 por ciento. En una provincia con 160 mil estudiantes eso significa 1.600 alumnos.
Para explicar ese 1% del alumnado sin contactos con instituciones educativas la ministra explicó que “muchos padres son trabajadores golondrina” y llevan a sus hijos con ellos. Como consecuencia resulta difícil establecer contacto con ellos. Sin embargo, a pesar de los diferentes estimados. A diferencia de lo ocurrido en CABA, en ninguna de las provincias consultadas fue posible identificar a los alumnos que no se encontraban manteniendo contacto con la escuela correspondiente. Esa imprecisión también se encuentra presente en la provincia con mayor cantidad de alumnos: Buenos Aires.
El caso de Buenos Aires
Con casi 4 millones de alumnos cursando en un tramo de la Educación Obligatoria, la provincia de Buenos Aires representa el 38,4% de la matricula nacional. De ese total, el 56% se encuentra por debajo de la línea de la pobreza y el 35,75 por ciento no posee acceso a Internet fijo. Un panorama difícil al momento de mantener clases virtuales.
A pesar de ese panorama adverso, según el proyecto de investigación que llevó adelante la provincia bajo el nombre de “Continuidad Pedagógica en la provincia de Buenos Aires: Perspectivas de actores escolares en tiempos de pandemia” el número de estudiantes a nivel primario que no ha tenido contacto directo o indirecto con su escuela es del 1%. El elevado porcentaje es llamativo si se tiene en cuenta que de acuerdo al CIPPEC a nivel primario solo el 48,72% de los alumnos de la provincia de Buenos Aires vive en un hogar con acceso a Internet.
De acuerdo al informe provincial, los medios de comunicación más utilizados son las plataformas virtuales (49%), el Whatsapp personal para contactarse con la escuela y el Whatsapp grupal con pares (ambos con 47 por ciento), el correo electrónico (38 por ciento) y la realización de reuniones virtuales (34 por ciento). Es de remarcar que dicho informe se realizó entre fines de abril y principios de mayo por lo que no se conoce si esos números se mantienen. El informe tampoco contempla el nivel secundario, que históricamente presenta mayores niveles de abandono escolar. Desde la Dirección General de Cultura y Educación provincial se negaron a brindar esos datos a este medio.
“Esto no es educación virtual”
Para la Directora de la Facultad de Estudios a Distancia y Educación Virtual de la Universidad de Belgrano (UB), Clara Bonfill, la educación que la mayoría de los alumnos en el país están recibiendo “no es virtual”, es “con tecnologías”. ¿La diferencia?: “En la educación virtual se requiere la elaboración de procesos pedagógicos, didácticos y tecnológicos previamente establecidos”. En este sentido, Bonfill agregó que a raíz del Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO) hubo un “manotazo” en donde “no hubo posibilidad de planificar nada” debido a que “la pandemia no permitió elegir” entre diferentes opciones.
Un diagnóstico similar realizó Laura Lewin, capacitadora y consultora en temas de educación. En dialogo con #BORDER la especialista calificó de “educación remota de emergencia” al tipo de clases que los docentes debieron impartir debido a la pandemia. “Al principio los docente tuvieron que salir con coraje y entusiasmo a toda velocidad para enfrentar un situación inédita que es enseñar 100 por ciento en entornos virtuales en primaria y secundaria”, detalló Lewin y subrayó la necesidad de “metas a corto, mediano y largo plazo” para la educación virtual.
Para ambas profesionales, una de las consecuencias de la pandemia fue la visibilización de la “desigualdad” a nivel estructural tanto en el acceso a Internet como de acceso a dispositivos móviles. Por ejemplo, de acuerdo a un relevamiento hecho en julio por el gobierno nacional, la brecha de acceso a computadoras en el hogar que existe entre los alumnos que asisten a instituciones privadas y los que asisten a públicas es de un 35 por ciento en primaria y 37 por ciento en secundaria.
“En la medida en que los alumnos no tengan dispositivos móviles ni conectividad, en lugar de acercarlos a su futuro profesional los estamos alejando”, enfatizó Lewin y agregó que no se puede hablar de “transformación” en la educación si los docentes “no tienen sueldos dignos”, si los edificios “no están aptos para enseñar” ni si tampoco hay “recursos” para enseñar de manera digital.