La tensión dentro de la coalición del Frente de Todos y el reto a la autoridad presidencial que significó la “no renuncia” del subsecretario de Energía, Federico Basualdo, dan lugar a todo tipo de conjeturas sobre esta alianza interesada entre Alberto Fernández y Cristina Kirchner. Para muchos actores del oficialismo la influencia de la vicepresidenta dentro del Ejecutivo está fuera de discusión y hasta mencionan que luego de fallas en la Seguridad del primer mandatario, el kirchnerismo le sugirió un «custodio informal” para asistirlo en actos fuera de la Casa Rosada: el “Jirafa” Marcelo Fernández.
Según se pudo averiguar, este fornido militante fue acercado al entorno del jefe de estado por el senador Oscar Parrilli, estrecho colaborador de la exmandataria. Algunas versiones daban cuenta que el ofrecimiento sucedió luego de los piedrazos que recibió la camioneta que trasladó al presidente hacia un centro de operaciones en la localidad chubutense de Lago Puelo por parte de activistas anti minería. Otros testimonios dan cuenta que su llegada a la logística de seguridad es anterior. En su perfil de Facebook, se ve al “Jirafa” acompañando a Cristina en una visita a los tribunales de Comodoro Py durante el gobierno macrista y junto a Alberto cuando éste entronizó la estatua a Nestor Kirchner en el CCK, en 2020.
Pero la aparición que más llamó la atención fue la del jueves 29 de abril cuando Fernández supervisó en el aeropuerto de Ezeiza la llegada de un millón de dosis de la vacuna Sinopharm. Aquella noche se vio al «Jirafa», enfundado en una campera de cuero negra y un barbijo Conicet, adelantarse a la comitiva presidencial y repartir a sus integrantes pecheras naranja fluo para deslizarse sobre la pista. Y, en varias ocasiones, se lo observó ordenar un corredor para el paso del primer mandatario en medio del personal aeronáutico apostado sobre la cinta asfáltica de la aeroestación.
Una fuente con llegada a Custodia Presidencial consultada por #BORDER confirmó la participación de esta suerte de custodio informal en distintas apariciones públicas del Presidente. “Es un morocho grandote que estaba con Cristina y ahora aparece en algunos actos. Se suma con la gente de Ceremonial y está al lado de Alberto. Pero no fueron los directivos de Seguridad ni Ceremonial quienes lo trajeron. Fue el ala política”, disparó.
En una semana en la que la tensión entre las dos principales patas del FdT ha recrudecido, la malicia de algunos actores del oficialismo muestra su peor cara para describir el complejo equilibrio de poder sobre el que se sostiene el Presidente. Y algunos de estos dirigentes recuerdan que un funcionario que participó del último gobierno de Cristina también sigue de cerca los pasos del jefe de estado: el director de Ceremonial, Gustavo Navarro, que fue declarado con falta de mérito por la justicia federal a raíz de una denuncia por malversar viáticos entre 2013 y 2015.
“Uno puede pensar que Alberto está rodeado”, bromeó una fuente del oficialismo acerca de la cercanía al entorno presidencial de militantes que reportan a la presidencia del Senado. Para otras fuentes consultadas no hay lugar para chascarrillos ni ironías si se tiene en cuenta la importancia de la discreción con la que debe manejarse el entorno de un jefe de estado.
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