La invasión de Rusia a Ucrania provocó una revolución política, económica y social que no se ve desde el fin de la Guerra Fría. En tan solo dos días, el Kremlin se hizo con gran parte del territorio invadido y hace temer al resto de Europa y el mundo, mientras la OTAN limita su accionar a duras sanciones económicas que, hasta el momento, no parecen molestarle al presidente ruso.
En #BORDER te contamos claves e información a tener en cuenta para entender lo que podría pasar en Ucrania.
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1- El plan de Putin
Aunque la palabra de Vladimir Putin cuenta con casi nula credibilidad, desde un principio dilucidó que su plan no es ocupar Ucrania, sino «desmilitarizarla«. En otras palabras, busca destruir sus fuerzas armadas por completo. De la misma manera se refiere a «desnazificar» el país, en referencia al régimen de Kiev; lo que puede significar en un futuro muy cercano el derrocamiento del presidente ucraniano Zelenski y su gobierno.
Su plan parece claro y, según sus dichos, está dispuesto a atacar a cualquiera que intervenga en la invasión. Sin embargo, desde Europa también temen que el gobierno ruso quiera expandir su incursión militar a otros países cercanos y ex soviéticos.
Este viernes, el mismo mandatario ruso solicitó al ejército ucraniano que deponga al presidente Zelenski y se hagan con el poder, en un intento por instalar un gobierno más amigable y proruso.
«Me parece que será más fácil negociar entre ustedes y yo», afirmó Putin a los altos mandos ucranianos en medio de una transmisión de la televisión rusa, después de calificar al actual gobierno de «neonazis» y «drogadictos».
2- Invasión rápida y certera
Las tropas rusas se desplegaron desde el norte, el este y el sur. Según datos de inteligencia de Estados Unidos, Rusia cuenta con 200.000 soldados en la intervención de Ucrania.
En respuesta, el presidente ucraniano desplegó la totalidad de sus soldados (390.000) para defender el territorio, sin lograr replegar a los rusos hasta el momento.
Zelenski afirma que él es el objetivo N°1 del Kremlin y que Putin lo quiere fuera del poder. La rapidez de la milicia rusa, y los flancos utilizados para invadir, pusieron en una situación desfavorable al gobierno ucraniano, que pidió a la población que defienda a su país y su hogar, mientras se siente abandonado por las potencias de la OTAN.
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3- La respuesta de occidente
Los líderes de Occidente condenaron la invasión rusa que deja en jaque el gobierno democrático de Ucrania, pone en riesgo la paz en Europa y amenaza la vida de millones de personas. Pero, más allá de las palabras, los mandatarios de Estados Unidos y Europa comenzaron a aplicar sanciones duras que buscan retrotaer la avanzada de Moscú.
Entre estas sanciones se encuentra el bloqueo a entidades financieras y bancarias, restricciones a las deudas y el capital de las principales empresas del país, sanciones adicionales a la élite y familiares, restricciones a los militares, restricciones a toda Rusia para ahogar la importación de bienes tecnológicos y una cooperación multilateral histórica para restringir más de 50.000 millones de dólares en insumos clave para Rusia.
Por el momento, las autoridades de la OTAN no tendrían en sus planes responder militarmente, aunque se reforzó a las tropas que se encuentran en Polonia, el frente occidental de Ucrania.
Desde los países bálticos -Letonia, Estonia y Lituania-, bajo dominio soviético en la Guerra Fría, también temen una posible incursión militar por parte de la Federación rusa. Por esto, ya recibieron tropas de refuerzo y equipo militar preventivo de la OTAN.
4- Repercusión económica
El conflicto en Ucrania no solo creó un clima político abrumador, sino que también provocó una caída económica de magnitudes importantes para el resto del mundo.
En principio, las bolsas de valores se desplomaron cuando los bombardeos llegaron a Kiev. El petróleo se disparó y con ello el precio de los alimentos y el resto de productos y servicios.
Tanto Rusia como Ucrania son principales productores de alimentos y energía, por lo que el enfrentamiento y las sanciones repercuten de igual manera en el ámbito internacional a través del aumento de precios o, incluso, con limitaciones en el suministro mundial.
5- Protestas internas
Tras la incursión militar del Kremlin en Ucrania, miles de ciudadanos rusos salieron a manifestarse en las calles de Moscú y otras ciudades importantes del país. En solo 24 horas lograron juntar mas de 330.000 firmas para solicitarle a las Fuerzas Armadas y a Putin que abandonen el país vecino.
Las protestas fueron reprimidas, como todas las manifestaciones contra el accionar de Putin, y registró más de 1.700 detenidos en 54 ciudades diferentes.
Desde la transmisión televisiva estatal informan escasamente sobre las protestas en las propias calles y aseguran, al igual que su presidente, que el objetivo es destruir al «régimen neonazi» que gobierna a Ucrania.
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¿QUÉ PUEDE PASAR?
Aunque es difícil determinar qué sucederá en los siguientes días de enfrentamiento y cuáles son los planes de Putin a largo plazo, se podría decir que hay algo claro: a partir de la invasión comienza una nueva etapa en la historia.
El poder y equilibrio internacional ya sufren modificaciones, la desconfianza comenzaría a predominar y las posiciones de las potencias se extremizarían.
Aunque Rusia se encuentra preparada para una guerra extendida en tiempo y territorio, las probabilidades indicarían que Putin tiene como único objetivo a Ucrania, el presidente Zelenski y el poder de los prorusos en el territorio, tras reconocer a Donetsk y Lugansk como estados independientes
En cuanto a la OTAN, a pesar de que no parece tener intenciones de intervenir militarmente, su necesidad es reforzar los límites territoriales con Rusia, Bielorrusia y Ucrania. Mientras tanto, a Europa y Estados Unidos le quedan sanciones más profundas para aplicar en cualquier otro caso antes de presentar batalla.
Por otro lado, acontecimientos de estas características suelen despertar inestabilidades en efecto «ola» en distintas partes del mundo. Así, tras la invasión, se comenzó a prestar suma atención a la situación en Taiwán o también en Bosnia.
En este último caso, líderes serbiobosnios partidarios de Rusia amenazan hace años con la separación del resto del Estado, lo que trajo preocupación en la Unión Europea en estos momentos y llevó a reforzar militarmente la misma región.
La invasión no fue casualidad, ni una decisión improvisada tomada bajo presión. Putin se prepara política y económicamente desde el 2014 -tras la anexión de Crimea-, por lo que la incertidumbre es mayor y sus intenciones difíciles de predecir.
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