Este martes, el juez federal Federico Villena prohibió la salida del país a los iraníes y venezolanos que viajaban en un Boeing 747 el 6 de junio. Algunos de los tripulantes fueron relacionados con la fuerza Al Quds, rama extranjera de la Guardia Revolucionaria Iraní, motivo por el cual Uruguay prohibió el aterrizaje del avión venezolano en su territorio.
Desde entonces, la aeronave se encuentra varada en el Aeropuerto de Ezeiza y los diecinueve tripulantes (14 venezolanos y 5 iraníes) están siendo investigados por la Justicia argentina. Entre los elementos personales, se registraron teléfonos celulares, computadoras y documentación varia. Hasta el momento, ninguno cuenta con pedido de captura internacional.
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Por otra parte, la fiscal Cecilia Incardona impulsó la investigación para determinar si alguno de los sospechosos que viajaba en el avión de la empresa Emtrasur tiene vínculos con el terrorismo internacional.
Ante la polémica que generó el arribo del avión y las reiteradas advertencias de Paraguay y Uruguay, el ministro de Seguridad de la Nación, Aníbal Fernández, afirmó que “con posterioridad al ingreso se recibe por distintos canales información de organismos extranjeros que advertían de la pertenencia de parte de la tripulación a empresas relacionadas con la fuerza Quds de La Guardia Revolucionaria de Irán”.
Según trascendió, los venezolanos declararon que estaban siendo instruidos en el manejo del avión por el piloto y el copiloto, que son de origen iraní. El vuelo salió desde Caracas, Venezuela, con destino a México, donde cargó autopartes para trasladar hacia la Argentina. Tras dejar Ezeiza el mismo 6 de junio, el Boeing debió regresar desde Montevideo porque no se habilitó su aterrizaje.
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Patricia Bullrich, ex ministra de Seguridad, también dio detalles sobre el caso del avión venezolano: “Se trata de un avión que viene con una tripulación iraní, con un capitán del Ministerio de Inteligencia de Irán, con el resto de la tripulación que habrá que ver qué relación tiene con las Guardias Revolucionarias, en una compañía que está inhabilitada por estar en las listas terrorista en Estados Unidos”.
Las advertencias de los países vecinos se dieron al conocerse los datos del antiguo propietario, la empresa Mahan Air (Irán), y el actual dueño, el Consorcio Venezolano de Industrias Aeronáuticas y Servicios Aéreos (Conviasa). Ambas empresas figuran en el registro de empresas sancionadas de la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Tesoro de los Estados Unidos.
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