En las últimas tres noches, se han llevado a cabo intensas protestas en Francia debido a la muerte de un joven de 17 años, quien fue tiroteado por un agente de policía durante un control de tráfico. El ministro del Interior, Gérald Darmanin, informó que al menos 875 personas han sido detenidas durante estas manifestaciones y resaltó que el personal ha “enfrentado con valentía a una violencia poco frecuente”.
En la región de París, se registraron al menos 242 detenciones, mientras que el resto ocurrió en diferentes partes del país. Los arrestados en su mayoría son jóvenes de entre 14 y 18 años. “Estas detenciones récord reflejan las instrucciones de firmeza dadas por el ministro”, declaró una fuente cercana a Darmanin.
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En el transcurso de las protestas, 249 policías y gendarmes resultaron heridos, aunque ninguno de gravedad. Hubo enfrentamientos en la plaza Nelson Mandela, donde manifestantes lanzaron proyectiles contra la policía y se incendiaron varios vehículos. Las fuerzas de seguridad respondieron utilizando gases lacrimógenos y porras para dispersar a la multitud.
En Nanterre, una localidad en las afueras de París, se vivió una calma «tensa» en la madrugada, mientras la policía y los bomberos permanecían en el lugar. La llamada «Marcha blanca», que organizó la madre de la víctima, convocó a miles de personas que reclamaron por la muerte del joven. El agente involucrado en el caso ha sido puesto en prisión provisional como sospechoso de homicidio.
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Ante estos disturbios, el presidente Emmanuel Macron convocó una unidad de crisis interministerial para abordar la situación. El mandatario, quien se encontraba en Bruselas por una reunión de la Unión Europea, presidirá la unidad de crisis en París. La violencia también se ha extendido a Bélgica, donde también se han producido detenciones.
La muerte del joven ocurrió durante una persecución policial, después de que cometiera varias infracciones de tráfico al conducir un vehículo de alquiler sin licencia. Cuando los agentes lograron detenerlo en un atasco, le ordenaron apagar el motor, pero en lugar de hacerlo, el joven aceleró. Fue en ese momento cuando uno de los agentes disparó contra él en el pecho. Las imágenes capturadas por testigos han puesto en evidencia discrepancias con la versión inicial proporcionada por el policía, quien alegaba haber sentido amenazada su integridad y la de su compañero al ponerse en marcha el vehículo.
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