Es diciembre y el salón de usos múltiples de la casa del preegreso de la unidad 6 de Rawson parece arder en llamas, un grupo de policías busca en la cocina y justo debajo de un termotanque, hallan varios celulares escondidos que revelan un secreto a voces.
-Soy Fiat, ¿hacen el pedido o no?”, dice Luis Fabre.
-“Sí, mañana hacemos el pedido y el giro, ¿me lo podes hacer el sábado? Vamos a cambiar el día”.
-“Joya, mejor el sábado para los manda fruta y de paso te llevo chip nuevo así cambias éste, ¿dale? Decime si es Claro o Movistar (…) Si es bueno tu precio del paraguayo y lo otro. Tengo clientes, eso sí que no se sepa nadie y menos el tano. Ojo…»
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Ya en octubre del 2021 habían secuestrado un teléfono también en la cocina de la casa de preegreso de la Unidad N°6 del Instituto de Seguridad y Resocialización de Rawson, y en las celdas de los presos Nuñez y Villalba.
La corrupción en el sistema penitenciario parece haber escalado a limites insospechados. Este es el caso de Luis Fabre, alias <<FIAT>> él, un empleado de la unidad seis del Servicio Penitenciario Federal de Rawson resolvió la manera de ingresarle a los presos de manera ilegal todo tipo de cosas, aprovechando su puesto de encargado del sector.
Otros audios hallados entre Nuñez y Fabre en los que se ve claramente el cercano vínculo que mantenían, se sumaron a la información:
-N: Capo ¿todo bien? Estamos acá en el depósito, te hago el pedido para acá ¿dale?, ahora estamos haciendo la lista con el Tío.
–F: ¿Cómo está la movida allá? Acá ya está todo listo. Avísame.
-N: Tu gente no tiene pinta de penitenciario, tiene pinta de preso, en la lista yo puse dos pan dulce, no vinieron, me estaba diciendo Mame que quería comer pan dulce y que no tiene, ahora no sé qué le digo al Tío viste, se la está agarrando conmigo boludo, mandale un mensaje vos al de él, no sé qué onda, arreglatela con él.
–F: Ya le mandé, tanto miedo vas a tener gato de mierda, escúchame fíjate que en esa bolsa no entraba más nada amigo, eran tres bolsas meta, meta y mete cosa no entraba más, eso lo metieron en otra bolsa negra, eh…fíjate no vaya a ser que tiraron ahí al ladito y no te diste cuenta eh, debe estar ahí tirada amigo, anda y mové el culo y encontralo.
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Fue el fiscal federal Fernando Gélvez, quien producto de la investigación dio con que a Luis Fabre le transferían dinero a cuentas de Mercado Pago. Las transferencias se realizaban desde los familiares de los presos hacía personas cercanas a Fabre, Cecilia Nazarena Núñez -hija de su pareja María del Sol- y Dylan Peña, pareja de Cecilia. En el allanamiento a su domicilio encontraron mas celulares, cocaína, pastillas, una balanza de precisión, marihuana y 100 balas, <<Fiat>> ahora se encuentra procesado por incumplimiento de los deberes de funcionario público y comercio de estupefacientes triplemente agravado por su condición de funcionario público, por su lugar de comisión y la participación de tres o más personas, se estima que habría participado en la comercialización de marihuana, cocaína entre otras cosas.
Modus Operandi
Los pedidos se realizaban vía WhatsApp e iban desde celulares, chip, alimentos, gaseosas, cervezas, pastillas, cigarrillos, medicamentos, y estupefacientes, según el procesamiento del juez Gustavo Lleral: “Los diálogos obtenidos, la asiduidad del trato con Núñez y Villegas, el tenor y tono dan cuenta de conductas o procederes reiterados en el tiempo y obedientes de un mismo modus operandi, además, las importantes sumas transferidas son claras evidencias de que las transacciones de Fabre con los internos no era sólo por víveres o enseres comunes sino que incluso estaba relacionado con la probable entrega de drogas”.
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Sus familiares quisieron desvincularse del tema diciendo que no estaban al tanto de las actividades de Fabre, pero el juez agrega «sin sus cuentas “Fiat” no hubiese podido operar. Es imposible hipotetizar que Núñez y Peña no conocieran el dinero ingresado y transferido, que no les llamara la atención los montos y destinatarios. A no ser que, ajeno a toda lógica, le facilitaran sus cuentas para que Fabre hiciera y deshiciera a su libre antojo, totalmente despreocupados de las consecuencias. Es extraño que Maria, su mujer, no supiera cuál era el accionar delictivo que ejecutaba, ni el porqué del manejo no sólo de la cuenta de su hija, sino también de la pareja de ésta”.
Fabre en su defensa, había dicho que solo entregó medicamentos a los internos, que a su vez lo habían amenazado con hacerle daño a su familia exigiéndole algún número de cuenta.
Lo cierto es que lo que se deja entrever es que una sola persona no había podido desarrollar toda esta estructura de ingreso ilegal de sustancias, comida y mercadería a la Unidad N°6 del Instituto de Seguridad y Resocialización de Rawson
Con información de Diario Jornada
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