En Trelew hay un solo cine, el Cinema Concept, más conocido como «El Coliseo». Lo que sucedió hace tan solo unos días en aquel lugar indignó a todos los vecinos: Un chico de 13 años con discapacidad motriz fue con la escuela N° 78 Puente Hendre a ver una función, pero el edificio no cuenta con ascensor. Para subirlo con su silla de ruedas por la escalera debieron intervenir hasta los bomberos voluntarios.
Su mamá, Fernanda, cuenta que jamás asistió porque conoce las limitaciones del cine. El complejo no cuenta con ningún tipo de accesibilidad, a pesar de ser un lugar que tiene 3 pisos, y los que algunas vez acudieron no entienden como está habilitado.
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BorderPeriodismo habló con Manuel Tasso, un vecino de la zona que en el 2018 envió una carta formal a las autoridades del establecimiento para expresar su inconformidad frente a la imposibilidad que padecen algunas personas para acceder al edificio: «En la municipalidad no me aceptaron la nota porque dicen que es un ente privado. Tenemos una municipalidad que no está con compromiso». Y agregó: «Desde el cine respondieron que como es un edificio histórico no pueden realizar las reformas para poner un ascensor».
La Ley Nacional N° 24.314, sancionada en 1994, establece la prioridad de la supresión de barreras físicas en los ámbitos urbanos y de transporte, para que se remodelen o sustituyan en forma total o parcial lo necesario, con el fin de lograr la accesibilidad para las personas con movilidad reducida. Barreras arquitectónicas se les dice a las existentes en los edificios de uso público, aunque sea de propiedad privada. Los edificios destinados a espectáculos deberán tener zonas reservadas, señalizadas y adaptadas al uso por personas con sillas de ruedas.
En el mismo sentido, todas las personas tienen por ley el derecho a ingresar, circular y permanecer en los espacios con la total libertad de desarrollar enteramente sus potencialidades.
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Micaela Sendon es Lic en Terapia ocupacional, Codirectora del Equipo Interdisciplinario Ninnus (MN 3162) y cuenta que se le dice «Parálisis Cerebral», pero la forma correcta de decirlo es ECNE – Encefalopatía Crónica No Evolutiva, y que tienen plena consciencia de lo que sucede a su alrededor, aunque motrizmente tengan pocas posibilidades.
Lo mismo pasa en cuanto a su intimidad, la higiene, el sexo, la infantilización de la discapacidad: «La gente tiene prejuicios, si ven a una persona en una silla y sus gestos no concuerdan con los convencionales dan por hecho que no pueden hablarle directamente porque no podrían entender, o se los trata como niños y tienen 30 años. O al momento de ayudarlo con su higiene intima no saben como abordar esos temas, incluso cuidadores o enfermeros», y agrega «es una persona que piensa y siente como cualquier persona de 13 años que conoces pero no se mueve de la misma manera.»
Sendon cuenta que cualquier lugar público tendría que regirse por la ley nacional de discapacidad, es decir que haya rampas, ascensor, plataforma y cualquier mecanismo que asegure accesibilidad: «No importa si es un cine, un consultorio médico, un banco o una panadería. Debe ser un lugar accesible. Además los lugares de permanencia como es el cine o un bar tienen que tener también un baño para personas con discapacidad en un lugar accesible que cumpla con la normativa vigente y no esté siendo usado para otros fines. Hay muchas cuentas pendientes con la discapacidad», cerró.
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