Disforia de género: “Mi hija ahora dice que es varón, ¿Qué hago?»

En esta Border Sessions hablamos con Claudia Peiró, periodista de Infobae e historiadora, que escribe sobre las contradicciones y la batalla cultural dentro del movimiento feminista, la ideología de género y otros temas sociales que generan polémica en Argentina y otras partes del mundo. En esta nota, Peiró abre el juego para hablar de los temas socialmente “incorrectos”.
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Créditos: Disforia
Por: #BorderPeriodismo

Claudia Peiró, reconocida por su incisivo análisis en asuntos contemporáneos, publicó hace pocos días un artículo donde recopilaba una serie de testimonios conmovedores y angustiantes de madres que se enfrentan a situaciones de disforia de género repentina.

Esto ocurre, según sus palabras, cuando de pronto, de un día para el otro, alguna persona declara haber nacido en el cuerpo equivocado y emprende una “transición de género” que, en el mejor de los casos, será sólo social, y en el peor traerá hormonizaciones y cirugías mutilantes y esterilizantes.

El texto titulado “Mi hija ahora dice que es varón, ¿qué hago?”, brinda detalles de la lucha que estas madres enfrentan cuando se topan con esta realidad, y no encuentran apoyo en la sociedad, ni en la Justicia.

Estas madres, en su búsqueda de respuestas y comprensión,  formaron un grupo llamado «MANADA» (Madres de Niñas y Adolescentes con Disforia Acelerada), para compartir sus experiencias y buscar un camino en medio de la incertidumbre.

 

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“Me atacaron mucho por este artículo, parece que en Argentina no se puede debatir sobre ciertos temas”, planteó la periodista y rememoró los mensajes que recibió por esos días, que la trataban de antiderechos.

Peiró relató cómo fue la experiencia con estas madres que enfrentan un «dolor demonizado», donde su angustia y búsqueda de comprensión se ven opacadas por una sociedad que en ocasiones parece celebrar la afirmación de género de los adolescentes en lugar de abordar las complejidades y las implicancias de este fenómeno.

“Las leyes no les dan opciones a los padres que atraviesan estos hechos. Los acorralan: o bien apoyan la declaración de género de sus hijos, o se preparan a enfrentar una travesía llena de desafíos legales y emocionales”, sostuvo.

«Creo que la solución es cambiar la ley actual de Género, que data de 2012.Poca gente sabe y  entiende el contenido real de esta ley”, comentó.

En referencia a los argumentos por los cuales considera que la norma requiere un cambio, Peiró analizó: “En principio es facilista y no pone resguardo sobre cambios que son irreversibles, como lo puede ser una mastectomía”, planteó

“Si una persona dice hoy me siento varón, puede hacerlo desde el otro día. Todo esto sin ningún tipo de salvaguarda, no necesita psicólogo, médicos. Esto es permisivo. Cambiar de género es muy invasivo”, comentó.

En este punto, la periodista hizo referencia a las tendencias actuales en otros países, donde se está reconsiderando la terapia de hormonización y se pone mayor énfasis en la evaluación terapéutica individual.

“En Noruega, Finlandia, Suecia e Inglaterra, actualmente se busca contextualizar el estado real de la persona antes de iniciar cualquier proceso de cambio de género”, resaltó.

Una de las inquietudes centrales de Peiró es el crecimiento de casos de disforia de género repentina en adolescentes, especialmente en Argentina. «Hay una epidemia transgénero en adolescentes», comentó y destacó que esta tendencia se asemeja al fenómeno de la anorexia de los años 90.

“Es como una moda, un pedido social que se da sobre todo en mujeres”, señaló.

La historiadora también destacó la importancia de evaluar los trastornos suplementarios que a menudo acompañan a la disforia de género en adolescentes. «Casi en todos los casos tienen otro trastorno suplementario: autismo, o depresión, o TDAH», comentó.

“Es necesario que esté normado el tema de que estos adolescentes reciban una terapia antes de tomar decisiones drásticas que afectarán su vida permanentemente”, detalló y agregó que “es necesario el consentimiento para la hormonización y la cirugía. En algunos lugares, como Canadá, se han visto casos en los que los padres han sido llevados a la Justicia por no aceptar el nombre elegido por sus hijos”, detalló.

En relación a la reacción de la sociedad ante este debate, Peiró mencionó que existe autocensura y un miedo a hablar abiertamente sobre el tema debido a la posibilidad de ser atacados o descalificados.

 

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«A mí me pasa. La gente me ataca por redes sociales, pero no con argumentos por el tema de la nota. Con odio hacia mí. Me dicen antiderechos, siempre descalificándome a mí, pero no al tema.»

“Nadie quiere hablar por miedo a que lo escrachen. Además de eso tenes que tener cuidado en las palabras que elegís. Por ejemplo, no quieren que se diga trastorno, quieren que sea algo normal. Que no les digan que tienen disforia. La teoría es que natural, al parecer vino un médico malo los etiquetó cuando nacieron y nadie les preguntó”, ejemplificó.

Y planteó: “Ahora, si no es un trastorno, y no quieren patologizar el tema ¿por qué los tiene que cubrir la salud pública, si no es una enfermedad?”, cuestionó.

 

Menem, Perón y el papel del feminismo

 

En otra parte de la entrevista Peiró exploró el papel del feminismo en la sociedad actual y su percepción sobre la discriminación de género.

“La discriminación hacia la mujer ya no existe en el mismo grado que en el pasado, aunque los prejuicios persistan”.

«Siempre digo que el feminismo actual llegó cuando las mujeres estamos en posesión de todos nuestros derechos», indicó Peiró. Para ella, el avance del feminismo en Argentina ha estado intrínsecamente ligado a la emancipación de las mujeres, un proceso que tomó forma con la conquista de derechos fundamentales. Según Peiró, la verdadera emancipación de las mujeres en Argentina se produjo de la mano de la lucha por la igualdad de género.

Recordando momentos históricos, Peiró destacó la importancia de la Ley de Cupo de 1991, que marcó un hito en la representación política femenina en el Congreso. Mencionó figuras como Cristina Fernández de Kirchner y Patricia Bullrich, resaltando cómo esta ley simbolizó un paso hacia adelante en la participación política de las mujeres.

“¿Quién estuvo detrás de esa ley? El presidente Menem. El vio la necesidad de mayor representación femenina en el Congreso y le pidió a Manzano, que la aprobara”, comentó

Sorprendentemente, Peiró señaló que el primer feminista en Argentina fue Juan Domingo Perón, quien desafió los estereotipos de género de su época al defender la igualdad. «Era un militar de 50 años y no tuvo problema en darle el lugar que correspondía a su mujer», afirmó Peiró, destacando su papel en la lucha por los derechos de las mujeres.

Refutando lo que considera conceptos erróneos, Peiró aseguró que no  puede afirmar que Argentina sea una sociedad patriarcal en la actualidad. Argumentó que no existe una ley que otorgue privilegios al hombre sobre la mujer y que los prejuicios persisten, pero la discriminación real hacia la mujer quedó atrás en la década de 1960.

 

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Y relató: “Bernardo Neustadt fue el primero que trajo el tema acoso sexual, a través de un caso concreto de una mujer en una empresa. Un señor machirulo, que se llamaba Bernado fue le primero que puso el tema sobre el tapete”, comentó y añadió: “Este país no es patriarcal. No hay una ley que pondere al hombre por sobre la mujer”.

 

El papel de la mujer, la biología y la violencia

 

Claudia Peiró expresó su escepticismo sobre la efectividad del feminismo en la lucha contra la violencia de género. Para ella, el enfoque debería estar en fortalecer las leyes y en garantizar la implementación de medidas que eviten el acercamiento de los agresores a las denunciantes. En este punto fue muy crítica con el papel del Ministerio de la Mujer, sosteniendo que “se enfoca más en contar los femicidios que en prevenirlos”.

En este punto cuestionó ciertos estereotipos de género arraigados y enfatizó la importancia de considerar las elecciones individuales en el contexto del feminismo y la igualdad de género.

«El tema de la desigualdad tiene que ver con la situación biológica que hace que las mujeres pueden tomar otros caminos», afirmó Peiró. Subrayó que las diferencias biológicas entre hombres y mujeres han influido en las opciones y trayectorias que eligen seguir en la vida. Esta perspectiva refleja la noción de que las responsabilidades biológicas, como el embarazo y la crianza de los hijos, pueden influir en las decisiones y trayectorias de vida.

En relación con las elecciones de vida, Peiró señaló que tanto hombres como mujeres tienen la libertad de decidir cómo equilibrar sus carreras profesionales y sus deseos personales. «Si una mujer quiere privilegiar la carrera y no quiere tener hijos, no va a tener problemas de ascenso», aseguró Peiró.

En este sentido, expresó que la idea de que las mujeres se ven limitadas en su progreso profesional debido a la maternidad es una concepción errónea y que las elecciones personales influyen significativamente en estas situaciones.

Peiró compartió su propia experiencia para refutar la noción de que las mujeres carecen de derechos y oportunidades. «Yo me crié en un país donde las mujeres tenemos derechos», afirmó.

 

 

 

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