En un caso que conmociona a la comunidad, una paciente identificada como Justina Endara, de 21 años de edad, desapareció del sistema de salud en Santa Cruz. La joven, quien padece un subtipo de Síndrome de Asperger, había estado internada desde principios de año debido a una serie de problemas de salud mental y conductuales en el Hospital SAMIC de El Calafate.
“Mi hija lleva más de 72 horas desaparecida. El Hospital no nos da información. Estaría en Rio Gallegos con un dispositivo interdisciplinario de salud mental, pero no nos quieren decir dónde ni cómo está”, dijo Marina De Vicenzi a Border.
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Justina, residente de El Calafate, es internada frecuentemente en el sector de salud mental del nosocomio después de que su condición de autismo empeorara en 2020, lo que la llevó a desarrollar conductas autolesivas y agresivas involuntarias hacia terceros.
“Su médico pidió su derivación para Capital Federal, pero la dirección de Salud Mental provincial no aprobó el tratamiento”, sostuvo la madre.
En junio fue internada en el Hospital SAMIC y en ese momento sus padres notaron que Justina estaba siendo sometida a medidas extremas, siendo atada y esposada. Además, la Dirección de Salud Mental del SAMIC, a cargo de la Lic. Romina Perlini, pidió la prohibición de acercamiento de la familia. “La restricción es de acercamiento, pero ahora Justina no tiene acceso a nada”, señaló Marina.
El viaje a Río Gallegos y la falta de información
Esta situación tomó un giro aún más alarmante cuando fue trasladada a Río Gallegos para una evaluación psicológica, y desde entonces, su familia no ha tenido información sobre su paradero ni estado de salud.
El viernes pasado llevaron la cena a Justina y se dieron cuenta de que había desaparecido. El centro de salud les informó que Justina había sido trasladada durante la tarde. Desde entonces, la joven ha estado inubicable y sus padres temen por su seguridad.
“La prohibición es de acercamiento, pero no sabemos ni dónde ni cómo está. Si está atada, si necesita algo”, planteó su madre.
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De Vicenzi también denunció que Justina había sido alejada de su familia debido a supuestas alteraciones que experimentaba solo en su entorno familiar, una afirmación que ella considera falsa. La madre se refirió a cómo Justina también experimentaba problemas de comportamiento en otras situaciones cotidianas, como en el supermercado, con cuidadores, en la escuela y en el transporte público. La familia había buscado ayuda especializada para Justina y estaba tratando de proporcionarle un tratamiento integral que tuviera en cuenta su condición de autismo.
La Justicia del lado de la familia, el Hospital no
La falta de información sobre Justina llevó a la familia a denunciar su desaparición, señalando la negligencia del sistema de salud y del hospital en el que estaba internada. A pesar de las restricciones judiciales que impiden a los padres acercarse a Justina, la familia tiene el derecho legal de recibir información sobre su estado de salud. Un oficio del Juzgado de Familia había ordenado al hospital proporcionar actualizaciones sobre el estado de salud de Justina a sus padres, pero estas instrucciones no se han cumplido adecuadamente.
El Hospital SAMIC emitió el domingo un comunicado en el que afirmaba que Justina estaba participando en un dispositivo interdisciplinario para su salud mental y bienestar social, lo que generó aún más inquietud entre la familia y la comunidad. El comunicado también amenazaba con emprender acciones legales contra quienes difundieran información sobre el caso.
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