Son muchas las personas que, por temer a un diagnostico que sienten que no pueden afrontar, se rehúsan a aceptar lo que les ocurre a si mismos o a sus familiares y no llegan al tratamiento adecuado a tiempo.
Según informa Viviana Bilezker, psicoterapeuta formada en Cuidados Paliativos, Gerontología y creadora de la Asociación El Faro, suele ser más tolerable para los seres humanos asumir la depresión que un deterioro cognitivo. Y esto es necesario que sea revertido porque al saber con que nos enfrentamos, entendemos mejor como debemos actuar: “Hoy en día los avances de la neurociencia nos dan la oportunidad de abordar esta problemática con ojos de oportunidad. Es una invitación a conocer a ese individuo desde un nuevo lugar», expresó.
Bilezker relata esto con una anécdota: «Hace poco nos pasó en la Asociación El Faro que los hijos de una persona con demencia nos manifestaron la emoción que sentían al conectar con una parte de la historia de su papá que no conocían. Este ser humano se abrió y les relató cómo eran sus viajes al colegio en bicicleta.»
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La especialista cuenta que las personas que tienen demencia pierden la memoria a corto plazo pero a su vez activan la de mediano y largo plazo, lo que hace que tengan recuerdos más vívidos sobre momentos a los que, quizá antes, no le hubieran dado prioridad: «Por este motivo, decimos que la demencia no tiene porque ser una tragedia. Si uno se informa, puede ser una gran oportunidad para conectar con el familiar desde otro lugar”.
Por otro lado, un aspecto no menor a tener en cuenta es que en Argentina hay escasez de cuidadores que se especialicen en esta enfermedad. Por eso ella realiza capacitaciones en metodologías que propicien un trato y una atención respetuosa y digna: «Las personas con demencias siguen vivas, sienten, es nuestra
responsabilidad prepararnos para entrar en contacto con la persona que son hoy.»
¿Cuándo es tiempo de consultar a un especialista?
Por un lado es importante consultar cuanto antes. En general, las demencias se diagnostican tarde, por lo que es conveniente visitar a un especialista de forma más precoz.
Signos de alerta
Desorientación temporo-espacial: la persona no sabe ni qué día, ni qué hora es o no reconoce el lugar en el que se encuentra.
Incompetencia para realizar ciertos actos cotidianos como ir al baño y dejar abierta la canilla.
Cuando los olvidos , distracciones y desorientaciones se repiten en un período de tiempo, un mes o dos, es importante hacer una consulta donde se realiza en principio una evaluación con un neurólogo para que ponga en acción determinados recursos que permiten detectar y observar: «A veces son las mismas personas las que se dan cuenta que algo les está pasando y quieren hacer una consulta. En el caso de un familiar recomiendo que con mucho cuidado y respeto haga una sugerencia», cuenta Viviana Bilezker.
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Bilezker agrega que desde el lugar familiar, lo más importante que debe hacer es informarse y prepararse para lo que vendrá. Destaca la vital tarea de brindar afecto y desarrollar recursos de comunicación adecuados y de trato: «Leer sobre el tema, participar de grupos que estén atravesando lo mismo, pedir información a los especialistas. Una persona con demencia, ante todo es una persona, sigue teniendo necesidades emociones, no hay que reducir la mirada a lo que podría ser un diagnostico».
La presidenta de El Faro cuenta que si el diagnostico es demencia, efectivamente, con el tiempo los recursos se van complejizando: «Hay que irse adecuando y aprender. Participar de actividades gratas para la persona, no exigirle», por último cuenta que «hay que acompañar el proceso y esos pequeños duelos que implican los cambios en la vida de esa persona, centrarse en ella, en sus emociones, ir a su mundo, no pretender que ellos se mantengan o regresen al mundo de la familia».
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