Brenda Uliarte, una de las imputadas por el intento de magnicidio a la vicepresidenta Cristina Kirchner en septiembre de 2022, acaba de dar una nueva versión de los hechos que la involucran. Uliarte, quien está detenida hace más de un año y va camino a un juicio oral, presentó un escrito de ampliación de indagatoria donde decidió despegarse de su ex pareja, Fernando Sabag Montiel, quien portaba el arma de fuego que gatillo sobre la cabeza de la vicepresidenta.
En su declaración, Uliarte afirma que nunca creyó que su ex pareja fuera a concretar el ataque, y hasta alega que intentó frenarlo, aunque sin éxito. Afirma, además, que Montiel es un golpeador y manipulador, lo vinculó a la agrupación Revolución Federal y al diputado del PRO Gerardo Milman, señalado en la causa por lo que se dio en llamar la “pista Casablanca”: supuestamente, se lo escuchó a Milman anticipar el atentado a Cristina Kirchner 48 horas antes de que sucediera, en una reunión que mantuvo con dos secretarías en el bar Casablanca, en la zona de Congreso.
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Brenda describió a Montiel como “una persona con mucho conflicto, de personalidad bipolar” y aseguró haber sufrido “hechos de violencia de género” con él, y hasta llegó a afirmar que en su celular había fotos suyas golpeada, aunque según fuentes judiciales esas imágenes no están. Uliarte también se refirió a su ex pareja como alguien que tiene “un buen discurso” y que es “muy manipulador”, y que él está escribiendo desde la cárcel “cosas que no fueron”, además de afirmar que la banda conocida como “los copitos” está del lado de Sabag Montiel.
El abogado Carlos Telleldín, representante de Uliarte, había adelantado hace casi un mes que su clienta iba a realizar una denuncia que involucraba a un allegado de Milman, al cual el diputado le habría pagado para participar de movilizaciones contra la vicepresidenta en la puerta de su casa. De acuerdo a esta versión, se le habría pagado seis mil pesos por cada marcha. La declaración fue formalizada en el escrito judicial que presentó uliarte, asesorada por la abogada Sabrina Burrueco Mansilla, y dado que se trata de una ampliación de indagatoria, la imputada no será obligada a decir la verdad, ya que se trata de un acto procesal de defensa.
“Yo no sé por qué ‘Nando’ hizo esto, pero sí sé que él no es capaz de organizar y hacer todo esto solo. Claramente alguien está atrás. Yo nunca vi a Milman pero decían que le pagaba a varias personas para que participaran en manifestaciones y con ello generar disturbios y violencia alrededor de la residencia de Cristina Kirchner. A ver. Yo no digo que financiaron el atentado pero sí financiaban para agitar y armar quilombo. Y (el jefe de los copitos preso Nicolás) Carrizo sabe todo eso, pero él va a cubrir a ‘Nando’ porque no quiere tener quilombos con los de arriba, saben que hay peso pesados”, afirmó Uliarte. Además, la nueva declaración incluye un hecho que complicaría a Milman: se trata de una conversación que Uliarte escuchó entre Sabag Montiel y “una tal Carolina”, a quien el imputado definió como “la secretaria de un amigo” cuando Uliarte le preguntó de quién se trataba. La secretaria de Milman que estuvo en el bar Casablanca se llama Carolina Gómez Mónaco.
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“Quiero empezar contando mi relación con Nando. Mucha gente dice que yo lo re conocía y no es así. Juntos en pareja estábamos hace re poco. De echo (sic) antes de estar con él, en mayo estuve con Eduardo Prestofelippo (El Presto) y yo estaba re enganchada con él. También estuve con otras personas y ni bola le daba a Nando”, dice la declaración. Se trata de el periodista y Youtuber El Presto, con el que Uliarte mantenía una relación, cosa que quedó probada en varios chats que forman parte de la causa.
A Uliarte se la vio en una manifestación organizada por Revolución Federal en la Casa Rosada. Las fotos de dicha manifestación fueron publicadas por ella misma en su cuenta de Instagram. “Yo fui un solo día a la sede de Revolución Federal a vender copitos porque me llevó Fernando. Él era parte de todo, no yo. De hecho (sic) si le preguntan a los miembros de Revolución Federal nadie me conoce; o si me vieron fue alguna vez vendiendo copitos en algún acto, no porque interese el acto en sí, porque se vendía re bien”, dijo Uliarte. También afirma que nunca vio personalmente a Jonhatan Morel, líder de Revolución Federal, y que todo lo que sabía sobre ellos lo supo por cosas que le contaba Sabag.
Pero hay otra conversación que compromete a Uliarte: los mensajes que envió con su amiga Agustina Diaz, la cual estuvo presa inicialmente cuando inició la causa. En dichas conversaciones Brenda le relataba que quería ir a matar a Cristina Kirchner, pero que no lo iba a hacer ella, si no que iba a mandar a otra persona. Sobre este punto, Brenda afirma que eran solo “chistes” en conversaciones sobre política, y que nunca creyó que Sabag Montiel iba a llegar a ejecutar ese acto. “De hecho, todavía no lo creo”, asegura Uliarte en su declaración.
Sobre “los copitos”; Brenda asegura que la banda quiere hacerla quedar a ella como la persona que “lo mandaba” a Sabag Montiel, lo cual sería “totalmente mentira”. “Lo están cubriendo para que no se sepa la verdad de cómo era él y de los contactos que él tenía”, afirmó. “Yo no puedo asegurar que a él lo financiaron para que mate a alguien, pero sí en dos oportunidades me contó que financiaban a Revolución Federal. Había gente contactada al Gobierno anti k, que pagaba para que vayamos a las marchas y actos; en realidad le pagaban a él y él me llevaba a mí”, agregó. No se han encontrado contactos directos entre Revolución Federal y los acusados, y según el fiscal Rívolo el atentado no necesitó financiamiento por la precariedad con la que se actuó y el cuadro patrimonial de los implicados.
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Sobre lo que pasó aquel 1° de septiembre del 2022, Brenda declaró:
“Ese día Nando estuvo raro, era jueves. (Yo) estaba estudiando haciendo UBA XXI Medicina. Cuando me mostró el arma, yo al principio pensé que era una réplica. Ese día Fernando me apuntó con el arma y me decía ‘ahora si quiero te mato’. Ahí me dio miedo. Si bien tuvo situaciones violentas conmigo, nunca me había apuntado, pero traté de tranquilizarme creyendo que no era verdad, que seguro era una réplica o no funcionaba y que quería hacerme tener miedo, pero de corazón nunca pensé ni que era de verdad ni que sería capaz de hacer algo así” (…) “En ese momento me empezó a amenazar; me dijo ‘vamos, acompañame o te mato’. No quería salir solo. Yo lo miré, caminé hacia la puerta y salimos; fuimos al Abasto, el pasó a pagar unos tatuajes y estaba nervioso y después fuimos para Juncal (la esquina del departamento de la vicepresidenta). Llegamos al acto y cuando vi que se acercaba lo agarré del brazo y le dije que no lo haga, que ya está la joda, que el chiste no era gracioso y que me estaba dando miedo. Me llamó cobarde” (…) «Yo lo quise agarrar del brazo de nuevo, me grita cobarde y ahí en ese momento cuando me di cuenta de lo que realmente iba a hacer, que iba derecho a Cristina, me fui a la esquina, estaba paralizada. Pregunté si podía ir al baño porque me empecé a sentir mal, temblaba de miedo; ahí pregunté a una chica cómo ir al Obelisco, de ahí llamé a mi primo y me dice lo que había pasado”. Se fue a la casa de su ex. “Estaba aterrorizada, con mucho miedo, sin saber qué hacer. Decidí quedarme ahí con él dos días sin contarle nada. Yo solamente llegué y me acosté”.
El tiro que era para Cristina Kirchner no llegó a salir porque no había bala en la recámara. En ese momento, militantes kirchneristas atraparon a Sabag Montiel, mientras que la custodia de la vicepresidenta no se dió cuenta de lo había pasado hasta que lo vieron en la televisión. Brenda Uliarte estaba ahí, de acuerdo a lo que pudieron detectar los funcionarios judiciales.
Al día siguiente del intento de magnicidio, Brenda apareció en televisión con los copitos para decir que ella no tenía nada que ver con lo ocurrido, y más tarde, en un vivo de Instagram, dijo que el arma podría llegar a ser una pistola de agua. Cuando fue atrapada el 4 de septiembre, se encontró en su teléfono el mensaje que le había mandado a su amiga después del ataque, donde afirmaba que estaba orgullosa de lo que Sabag Montiel había hecho. Dijo que no se había animado a hablar antes porque no confiaba en su defensor oficial. “Ahora me siento contenida y psicológicamente más estable. Espero que se sepa la verdad de todo porque soy inocente de lo que me acusan”, afirmó Uliarte.
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