Continúa la polémica por el caso de Julio Segundo Rigau, apodado “Chocolate”, un histórico puntero del PJ, el cual fue detenido en un cajero automático de La Plata con 48 tarjetas de débito de empleados de la Legislatura bonaerense, y contaba con $1.260.000 en su poder. Ahora, “Chocolate” enfrenta acusaciones de 177 defraudaciones reiteradas y otras 45 en grado de tentativa por usar tarjetas de débito de empleados y personas contratadas de la Cámara baja.
La teoría que rige la investigación habla de una posible “caja negra” de la política. Hace unas horas Guillermo Koster, uno de los presuntos titulares de las tarjetas utilizadas por Rigau, decidió hacer una declaración al respecto.
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Según declaró Koster, él le entregó su tarjeta a Rigau hace 8 meses ya que le resultaba “más práctico” que otra persona cobrara por él su salario mensual: 583,344 pesos. Además, Koster lo llamó a Rigau “su amigo”, el cual, según declaró, vivía a la vuelta de su casa. Afirmó que le venía bien que Rigau le llevara el dinero, ya que según lo que declaró en el centro de La Plata es complicado estacionar. Otros empleados dieron versiones similares, pero para quienes están llevando adelante la investigación estas son inverosímiles. Entre los titulares de las tarjetas, se encuentran hombres y mujeres de distintas edades cuyos salarios rondan los 500 mil pesos.
Ahora, quien debe dar explicaciones es Facundo Albini, concejal del Frente Renovador de La Plata, señalado como alguien que tenía vínculo con Rigau. Sin embargo, actualmente Albini no ocupa funciones en la Cámara de Diputados.
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A pesar de la detención de Rigau, la Cámara de Apelación y Garantías en lo Penal de La Plata declaró nulo el punto de partida de la investigación penal y lo dejó en libertad. Ahora comienza la etapa de apelaciones. El fiscal general, Héctor Vogliolo, declaró que su intención de apelar esta decisión.
Días antes, el juez de Garantías Federico Guillermo Atencio afirmó que la pesquisa de la fiscal del caso, Betina Lacki podía desnudar “un acto de corrupción de inmensurable trascendencia”, ya que consideran poco probable que el volumen de dinero y la cantidad de tarjetas hayan escapado al conocimiento de las autoridades de la Cámara de Diputados. En tanto, se esperaba la revisión del teléfono celular de Rigau y el análisis de un cuaderno con anotaciones secuestrado en su domicilio, pero debido a la intervención de la Cámara esto no se pudo concretar.
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