En un inesperado giro, el adolescente de 14 años que confesó haber cometido el asesinato de Joaquín Sperani ha recuperado su libertad. Esta decisión fue tomada tras la solicitud de su abogado para que fuera entregado a la custodia de sus padres.

No obstante, esta medida ha conmovido y causado profundo dolor tanto en la comunidad como en la familia del joven fallecido que siente no haber obtenido paz.

La Justicia ha establecido condiciones rigurosas para la liberación, incluyendo la prohibición de cambiar de domicilio sin autorización y la imposición de un tratamiento psicoterapéutico, tanto individual como familiar, pero esto no es suficiente para la familia de la víctima.

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Mariela Flores, la madre de Joaquín, ha expresado su profunda consternación, describiendo esta decisión como una «ducha de agua fría», por lo repentina e inesperada.

El adolescente había permanecido bajo detención en el Centro de Admisión y Diagnóstico (CAD), que opera bajo la jurisdicción del Complejo Esperanza en la ciudad de Córdoba.

Su abogado, Raúl Palacios, fue quien luchó por la liberación del joven, ya que había enfatizado la necesidad de poner fin a la privación de su libertad y permitir que regresara al cuidado de sus padres para poder mejorar su salud mental. Hace un mes, había instado al Tribunal Superior de Justicia (TSJ) a explorar alternativas distintas a la internación en el complejo.

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Finalmente, el pasado martes, el juez Sebastián Moro decidió otorgarle la libertad. En diálogo con el programa Arriba Córdoba del canal ElDoce, la madre de Joaquín lamentó la liberación y expresó su temor: «Este chico va a volver a hacer lo mismo”.

Además, Mariela Flores argumentó que las pericias habían sido malinterpretadas y que el joven no padece ninguna patología, a pesar de su confesión, lo que significa para ella que el joven de 14 años cuenta con una «una mente asesina». Flores expresó que para ella la Justicia está tomando decisiones erróneas que podrían tener graves consecuencias: «Lo van a lamentar».