En el transcurso del día miércoles, el Estado de Maine sufrió el tiroteo más grave del año y uno de los peores de la historia de Estados Unidos cuando un hombre entró armado a distintos locales de la ciudad de Lewiston con la intención de asesinar. El resultado: 22 muertos y más de 60 heridos.
El sospechoso es Robert Card, un instructor de armas que ya tenía un historial con problemas de salud mental. La policía local lo describió como “armado y peligroso”. Aún sigue en libertad y es buscado por todo el país norteamericano.
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Card ingresó a un bar, a un local donde se juega bowling y a un centro de distribución de una cadena de supermercados con un rifle semiautomático, con el que disparó indiscriminadamente.
El comisario Mike Sauschuck, del Departamento de Seguridad Pública de Maine, confirmó que el vehículo del atacante fue encontrado abandonado a 12 kilómetros del lugar donde sucedió el tiroteo. En este contexto, las autoridades afirmaron que «la situación sigue activa», por lo que el número final de personas asesinadas aún es incierto. Ahora, se recomendó a los ciudadanos refugiarse en sus hogares, mientras sigue la búsqueda intensa del múltiple asesino.
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Este fatídico hecho se suma a un largo historial de actos violentos cometidos en los Estados Unidos. El presidente Joe Bien ya se encuentra al tanto de la situación y espera una resolución rápida, comunican desde la Casa Blanca.
