Boudou, De Pedro, Pinedo y De Andreis son los que tratan de llegar a un acuerdo para la ceremonia de traspaso. Sin embargo, Cristina Kirchner se mantiene intransigente y no le pondría la banda a Macri. La dejaría en el Congreso.

Los representantes de Cristina Kirchner y de Mauricio Macri en el Parlamento buscan una salida a la escandalosa situación en la que se ve envuelto el traspaso de los atributos, pero hasta el momento las negociaciones están trabadas en la intransigencia de la mandataria saliente. Eduardo “Wado” de Pedro, secretario General de la Presidencia, les transmitió a los negociadores del PRO que Cristina no cederá.

Durante el encuentro que se desarrolla en el Senado desde las 10:30, De Pedro les comunicó a Federico Pinedo, futuro presidente de esa Cámara, y a Fernando de Andreis, próximo secretario general de la Presidencia, que la idea de Cristina Kirchner es asistir a la jura de Macri en el Congreso y dejarle allí el bastón de mando, la banda presidencial y la Marcha de Ituzaingó, atributos que el presidente saliente debe entregarle al nuevo mandatario, de acuerdo al protocolo.

Si bien la reunión pasó a un cuarto intermedio y continuará a las 17.00, la propuesta que el hombre de máxima confianza de Cristina Kirchner les acercó a los negociadores de Macri indica que sería imposible un acuerdo. Es decir: la mandataria saliente no le pondrá la banda al Presidente electo a menos que sea en el Congreso, como ella quiere.

Hasta el momento, las fuentes del PRO consultadas por #Borderperiodismo aseguran que Macri tampoco cederá. Mantiene firme su deseo de recibir los atributos en la Casa Rosada, como indica el reglamento de Ceremonial y Protocolo. Es lógico: el líder del frente Cambiemos no quiere comenzar su mandato mostrando debilidad y fortaleciendo a quien intenta convertirse en conductora de la oposición a su Gobierno.

La situación tras el encuentro de los representantes de Cristina y de Macri es tan tensa, que incluso los organizadores de la ceremonia de jura que se desarrollará en el Congreso dudan de que los preparativos realizados en los últimos días (como las acreditaciones para la prensa, la cantidad de personal que trabajará ese día y la disposición de los invitados en los palcos) sigan su curso como hasta ahora, según contaron a este portal fuentes del Senado.

La intransigencia de Cristina Kirchner es inexplicable tanto para el PRO como para el peronismo. Nadie encuentra una razón para la postura de la Presidenta saliente, que hasta ahora estaría dejando al país sin la clásica imagen de entrega de la banda y el bastón, que simboliza el cambio de Gobierno. Así las cosas, y de acuerdo a lo expresado por Macri días atrás, los atributos serían entregados por la Corte Suprema.

Otro elemento que se sumó al culebrón fue la presentación de una medida cautelar por parte de Macri ante la Justicia, para que se defina cuándo termina el mandato de Cristina Kirchner, dado que el escribano general de la Nación había dicho que vencía el 10 de diciembre a la medianoche. Velozmente, el fiscal Jorge Di Lello resolvió que el mandato concluye el 9 de diciembre a las 00.00hs.

En los últimos días, el kirchnerismo fue cediendo de a poco. Primero, le bajaron el tono a la convocatoria lanzada por La Cámpora para concentrarse el 10 de diciembre frente al Congreso. De a poco, esa iniciativa fue siendo dejada de lado, aunque todavía no por completo. Luego, las autoridades actuales del Senado y la Cámara de Diputados dejaron a disposición de Pinedo y Emilio Monzó, futuros presidentes de ambas cámaras, las invitaciones para los palcos, aunque ya se habían repartido mitad y mitad, a razón de 250 para cada partido.

Sin embargo, la Presidenta saliente parece estar decidida a que la transición sea todo un parto. La idea de asistir a la jura de Macri pero dejarle los atributos en el Congreso, a libre disposición, es la concreción del último capricho de Cristina Kirchner, tras 12 años en el poder.