El pasado 1 de diciembre, la página de Susan Miller avisaba: “Me faltan Sagitario y Picis. Estoy trabajando en ellos. Les pido paciencia”. AstrologyZone.com nació en 1995 y su diseño parece haber quedado anclado en ese año, como las casas de esas tías que guardan adornitos que no son antigüedades, sólo recuerdos viejos. Sin embargo, su página, así como la ven, es consultada por millones de personas alrededor del mundo y unos seis millones pagan por tener sus predicciones personalizadas. Hagan sus cuentas… El 1 de diciembre ella anunciaba eso: que ya venía el horóscopo, que esperaran un poco porque faltaban dos signos más. No era pura esperanza de que alguien aguardara por ella; era certeza.
Tiene aplicaciones para celular, horóscopos personalizados, programa de tevé… es la Oprah Winfrey de la astrología. Su estilo es amoroso: tres mil quinientas palabras gratuitas al mes orientadas a un perfil bien delimitado: mujeres que aman sus trabajos, que buscan ser profesionales y creativas, y que creen en el amor, tanto como en lo que indican los astros. Miller escribe con cariño y entremezcla informaciones del tipo: “Marte está actualmente en su cuarta casa solar, y porque Marte es el regente honores, premios, logros, y fama, parece que vas a estar un poco obsesionada con este proyecto en el que estás trabajando.” Te consuela si sabe que estará difícil la mano, te alienta si los astros tejen maravillas para vos.
Ha dicho: «Como astróloga, no puedo decirte si vas a casarte o no con ese hombre, si vas a aceptar o no un trabajo… Te puedo dar las preguntas que tenés que hacer, pero en el final, vos estás en el asiento del conductor.”. Ella misma tardó en encontrar su camino, aunque ya de chica lo había anticipado.
¿De dónde sale esta mujer? Hija de una madre astróloga, Miller pasó mucho tiempo en cama, postrada por los dolores en su pierna izquierda. Sentada a su lado, la mamá le leía lo que los astros sugerían para cosas tan simples y a la vez tan importantes para una niña de doce años como qué estudiar para los próximos exámenes. “A los catorce se terminan estos dolores”, le anticipó. Y a los catorce operaron a Miller y los dolores se suavizaron. La muchacha con los años se dedicó a estudiar filosofía y comunicaciones en Nueva York. Su madre también le había dicho que ella revolucionaría un lenguaje, un modo de comunicar. Pero ella siguió con su vida: tuvo dos hijas, trabajó en fotografía, se recibió. Y un día, en una noche animada con un amigo, terminó por hacerle una carta natal sólo por diversión. Su amigo era ejecutivo de Time Warner libros. Las predicciones fueron tan precisas y se cumplieron de tal manera que él, tiempo después, le consiguió una cita con el editor que publicaría su libro. Pero fue Internet el medio que le ayudó a propagar su estilo, el que le consiguió seguidores.
“Vas a escribir y Acuario en el medio cielo indica que un invento revolucionario, del que no conocemos el nombre todavía, será el canal por medio del cual harás tu contribución al mundo”, le había dicho su madre cuando ella tenía 12 y la web todavía no era parte de la fantasía de la época. Hoy es parte de la vida cotidiana y ella sabe aprovecharla. Cameron Díaz y Jennifer Aniston la siguen con devoción. En China tiene 66 clubes de fans. Una vez de esas en las que demoró en dar su horóscopo, hace un par de años, un grupo de despechados armó un grupo de Facebook que se llamó “Abandonados por Susan Miller”, que luego mutó en algo privado de sanación y otras cuestiones, pero que en su momento había sido creado para saciar la decepción de esos que al primero de mes no tenían las coordenadas para saber qué deparaban los astros. En el diario The Atlantic contaron ese costado oscuro de los fans desilusionados y sacaron una cuenta: cada horóscopo gratuito al mes tiene unas 3500 palabras, y son doce signos y en total doce meses por año, entonces sumadas sólo esas palabras gratuitas Miller sería, según ellos, la escritora viva más prolífica del mundo. Demora a veces, dice ella, porque con los años volvieron los dolores.
El 1 de enero, ya sabés, veinte millones de personas alrededor del mundo esperan desaforadas que aparezca el horóscopo del mes, el primero del 2016. Si tienen suerte, ahí estará. Si no, empezarán a actualizar la página, desesperados, como si el mundo, si no leen a la Miller, se fuera a acabar.