Primero fue un críptico aviso publicitario en el Hackney Gazzette, un periódico local del barrio del nordeste londinense donde supo vivir Marc Bolan, a fines de agosto, por parte de una empresa llamada Hackey Diamonds, que se presentaba como “reparadora de vidrios”, y que prometía una apertura de un nuevo local en ese vecindario en septiembre de 2023. “Nuestro equipo les ofrece satisfacción. Cuando nos dices dame refugio, arreglaremos tus ventanas rotas” decía el texto de la compañía fundada en el año 1962. No había que ser Sherlock Holmes para darse cuenta del famoso logo de la lengua en la i de “Diamonds”, y del juego de palabras en inglés entre “Satisfaction”, “Gimme Shelter” y “Shattered”, para asociar la publicidad con los Rolling Stones, que desde hace tiempo prometían la aparición de un nuevo disco.
Luego fue un site, www.hackneydiamonds.com, que ofrecía unos segundos de un tema llamado “Angry”. Como el tema se cortaba de modo abrupto, no faltaron las quejas de los navegantes hacia el community manager de la página. Para todos, la respuesta era la misma: “Don’t be angry with me” (“No te enojes conmigo”). Y esa frase, precisamente, es la que narca el comienzo de la nueva canción del grupo que tiene, en estos momentos, a Mick Jagger, Keith Richards y Ronnie Wood como integrantes oficiales, a los que se le suman varios músicos de apoyo con Daryll Jones (bajo) y Steve Jordan (batería) como miembros más destacados.
Leé también: Los ojos del rock
“Angry” es la canción que abre Hackey Diamonds, el vigésimo cuarto disco de estudio en la trayectoria de los Stones, y el primero con material original desde A Bigger Bang (2005), ya que Blue & Lonesome (2016, la última grabación del desaparecido baterista Charlie Watts con la banda) era un disco de versiones de clásicos bluseros. Hackney… cuenta con doce canciones: la ya citada “Angry”, “Get Close”, “Depending On You”, “Bite My Head Off”, “Whole Wide World”, “Dreamy Skies”, “Mess It Up”, “Live By The Sword”, “Driving Me Too Hard”, “Tell Me Straight”, “Sweet Sound Of Heaven” y “Rolling Stone Blues”. Dos de esas canciones cuentan con la presencia de Watts (“Live By The Sword” y “Mess It Up”), y otros invitados son Bill Wyman (antiguo bajista del grupo), el beatle Paul McCartney y Lady Gaga (voz en “Sweet Sound Of Heaven”). El álbum fue grabado en Nueva York, Londres, Los Ángeles y las Bahamas, y fue producido tanto por su habitual colaborador Don Was como por Andrew Watt, el hombre detrás de la consola en los últimos trabajos de Pearl Jam, Ozzy Osbourne, Post Malone e Iggy Pop, entre otros.
Leé también: Miguel Mateos: La vigencia del Jefe
El video clip de “Angry” está protagonizado por la actriz Sydney Sweeney (a quien se puede ver en las series Euphoria y The White Lotus). Allí se la puede ver recorriendo una avenida de Los Angeles similar a la que recorre Margot Robbie en Once Upon a Time in Hollywood de Quentin Tarantino con José Feliciano de fondo, en un convertible, mientras en los icónicos postes publicitarios de la ciudad se proyectan distintos recitales de todas las épocas del grupo más inoxidable de todos los tiempos: los Rolling Stones. Porque, así como los Beatles patentaron la forma de separar una banda de rock and roll, los Stones hicieron de la supervivencia uno de sus caballitos de batalla eternos. Porque, como bien supo decir Keith Richards en una oportunidad, “La única manera de dejar a los Rolling Stones es con los pies para adelante”. Por el bien de la música y el espectáculo, esperemos que falte mucho tiempo para esto. Ahora, a esperar la aparición de Hackey Diamonds y a disfrutar de “Angry”.