Falta poco para la primera edición del debate presidencial, y los candidatos ya preparan su estrategia. Sergio Massa, quien prevee llegar casi a la par de Patricia Bullrich, probablemente haga foco en sus últimos intentos para mejorar la situación salarial de los trabajadores. En un escenario de alta inflación, no es nada fácil: (el Índice de Precios al Consumidor adelantó un 3,5 % en septiembre, nueve décimas más que el dato marcado en agosto 2,6%). Sin embargo, en los últimos días, el candidato y ministro de Economía ha redoblado esfuerzos: entre ellos, promover la eliminación de la cuarta categoría del Impuesto a las Ganancias, dio marcha atrás con las últimas regulaciones que el Banco Central activó sobre las billeteras virtuales y anunció dos bonos de $47.000 para trabajadores informales en octubre y noviembre.
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Particularmente, la eliminación de la cuarta categoría del Impuesto a las Ganancias fue cuestionada por el espacio de Patricia Bullrich, alegando que una quita de impuestos sin una baja del déficit se traduciría en más inflación, debido a la necesidad de la emisión de dinero para solventar el faltante que esta quita dejaría en las arcas públicas. En el caso de la candidata de Juntos por el Cambio, su eje probablemente estará, como ha venido diciendo, en la Seguridad. No solo en postura favorable al accionar de las fuerzas policiales, sino concretamente en una de sus últimas promesas de campaña: la construcción de un penal de máxima seguridad para narcos y delincuentes de alta peligrosidad, proyecto que causó polémica al saberse que llevaría el nombre de “Dra. Cristina Fernández de Kirchner”. En línea con la promesa de seguridad, Bullrich buscará llegar al público de las mujeres y sobre todo madres. La candidata de JxC es muy bien vista por este grupo en el que las principales preocupaciones giran alrededor de la seguridad y el futuro de sus hijos, y de hecho prometió, diferenciándose de Javier Milei, que no cerrará el Ministerio de la Mujer.
Justamente, Milei buscará hacer foco en temas económicos, el cual parece ser su fuerte. Asegura que recortará el sector público en un 15 %, dentro del cual estaría el cierre del ministerio de la Mujer, entre otras dependencias, así como la absorción de diferentes ministerios bajo un único Ministerio de Capital Humano. De esta reforma del estado sería parte el redireccionamiento de diversas áreas, como la de Ciencia e Investigación: ni bien pasadas las PASO, Milei generó revuelo con su propuesta de cerrar o privatizar el CONICET, alegando que no era productivo y que por lo tanto debía pasar al sector privado y competir, aunque en los últimos días suavizó este discurso, dando a entender que solo llevaría adelante una reforma del mismo, a manos del científico Daniel Salomone. Otra de las grandes banderas del libertario es la de dolarizar la economía del país, propuesta que fuertemente criticada tanto por Sergio Massa como por el espacio de Bullrich. En el caso de la candidata de Juntos por el Cambio, Carlos Melconian, quien sería su ministro de Economía en caso de ganar las elecciones, alegó que la dolarización no es viable debido a la falta de dólares en el país, y que en cambio lo más razonable sería caminar a una economía bimonetaria.
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El propio Milei anunció que ve la posibilidad de un “ballotage con Massa”, escenario que fue también vaticinado por una encuesta de la Universidad de San Andrés. En ese sentido, Bullrich deberá pelear por romper ese esquema y cuidarse de no quedar desdibujada, algo que sufrió su candidato a vicepresidente, Luis Petri, en el último debate: su figura quedó algo opacada por la polarización entre el candidato de Unión por la Patria, Agustín Rossi, y la candidata a vicepresidenta por La Libertad Avanza, Victoria Villarruel. Así como Massa intentará representar un discurso pro actuación del Estado, Bullrich deberá mostrar una alternativa de cambio profundo pero de una forma más centrista. Es decir, deberá confrontar con Massa y Milei pero diferenciándose del segundo y de la imagen autoritaria que muchos votantes tienen de él.
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