Pasaron cuatro décadas, pero siguen impunes y libres. El Estado hizo de todo para ponerlos en la cárcel: anulación de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, la reactivación de juicios por delitos de lesa humanidad, mayor cantidad de recursos humanos, económicos y políticos.
Sin embargo, hay algunos que encontraron una manera de zafar del traje a rayas. La estrategia es muy simple: esperar tranquilamente en libertad durante la investigación judicial y cuando se está acercando el momento de la detención, escaparse. O ya desde el principio -directamente- fugarse.
A cuarenta años del golpe de estado de 1976, decenas de ex militares están prófugos por crímenes cometidos durante la última dictadura. Al menos 44 represores se evaden hoy de los tribunales, según datos oficiales del programa BUSCAR, que depende del Ministerio de Justicia y ofrece recompensas económicas para localizarlos.
Esta nueva forma de impunidad no la consiguieron solos. La mayoría se escabulló gracias a la negligencia de determinados jueces, que no ordenaron detenerlos antes de que fuera tarde. También por la incompetencia o complicidad de sectores de las fuerzas de seguridad, que son los encargados de encontrarlos.
Las conclusiones se desprenden de un análisis detallado de todos los casos. Y se pueden apreciar en un repaso de diez de los prófugos más importantes, que esconden historias de crímenes escalofriantes y tienen orden de captura nacional e internacional:
1) JORGE ANTONIO OLIVERA
Es el represor más buscado. Ya se escapó dos veces de la Justicia y ofrecen la mayor recompensa para localizarlo: dos millones de pesos.
Está condenado a cadena perpetua por crímenes de lesa humanidad en San Juan, donde era teniente del Regimiento 22 de Infantería de Montaña. El caso más brutal fue la desaparición de Marie Anne Erize, una joven modelo franco-argentina de 24 años, secuestrada el 15 de octubre de 1976.
Por eso fue detenido en Italia en el año 2000, pero meses más tarde consiguió la libertad. ¿Cómo? Presentó una partida de defunción argentina de Erize… falsificada. La segunda detención fue en noviembre del 2008, mientras caminaba tranquilamente por Vicente López. Estuvo preso durante el juicio oral y poco después de la condena se escapó. Fue en julio del 2013: casualmente se fugó del Hospital Militar Cosme Argerich, lugar específico donde él había pedido atenderse por un supuesto problema médico. Desde entonces sigue prófugo.
2) JORGE RAÚL «GASTÓN» VILDOZA
Es el represor que está prófugo desde hace más tiempo.
Fue capitán de fragata y jefe del temible grupo de tareas de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), donde cometió crímenes probados en la megacausa judicial por ese centro clandestino.
Huyó de la Argentina en 1986, junto con su mujer y un niño apropiado ilegalmente por ellos. Es Javier Penino Viñas, hijo de dos militantes desaparecidos y que recuperó su identidad en el año 1998.
Vildoza jamás fue atrapado. El primer pedido de captura fue en 1987, luego disuelto por las Leyes de Obediencia Debida y Punto Final. El segundo fue ordenado en 2008 y hasta ahora sólo encontraron a su esposa Ana María Grimaldos. La mujer -condenada a seis años de prisión- dijo que era viuda. Pero nunca pudo probarlo y la Justicia dio por sentado que fue una mentira, para proteger a su esposo.
3) EDUARDO ALFONSO
Es el prófugo que tuvo el cargo militar más alto.
Fue secretario general del Ejército durante la presidencia de Fernando De la Rúa y mano derecha del ex jefe Ricardo Brinzoni. Participó en el asesinato de Antonio García y el secuestro de su mujer embarazada Beatriz Recchia. El episodio ocurrió el 12 de enero de 1977, en una casa de Villa Adelina. La prueba que lo incrimina es su propio legajo: allí consta que recibió una herida de bala y hasta una «medalla» por su actuación en aquel operativo.
Fue procesado en diciembre del 2008 como partícipe necesario de homicidio agravado, allanamiento y privación ilegal de libertad. Recién cuatro años más tarde, en mayo de 2012, la Cámara de Casación anuló una falta de mérito y se ordenó detenerlo. Llegaron tarde: ya se había escapado a Uruguay, cruzando tranquilamente en un barco de pasajeros. Incluso, por un tiempo, siguió cobrando sus haberes de militar. Hoy continúa prófugo.
4) HÉCTOR MARIO SCHWAB
Ex teniente coronel, empresario y el prófugo con mayor poder económico.
Funcionario en Tucumán del represor Antonio Bussi: director de Parques y Jardines de la capital de la provincia. Está imputado por la desaparición del obrero Carlos Rocha, el 27 de abril de 1977, detenido mientras trabajaba en una obra supervisada por él.
En democracia se recicló como un empresario de seguridad privada. Creó la compañía Scanner SA, financió a la defensora de represores Cecilia Pando y hasta le dio trabajo a su esposo, el mayor retirado Rafael Mercado.
En 2003, el ex juez español Baltasar Garzón ordenó detenerlo y estuvo preso por un tiempo. No volvió a pasarle lo mismo. Cuando la Justicia argentina lo citó en 2008 para tomarle declaración, se dio a la fuga. Schwab tiene pasaporte suizo y una poderosa red de contactos en Miami. Todavía no lo encontraron.
5) ANGEL ERVINO SPADA
Es un prófugo buscado por más de 100 delitos de lesa humanidad.
Capitán retirado y ex jefe de inteligencia militar en el Regimiento de Infantería de Monte N°29 de Formosa, en donde funcionó un centro clandestino de detención.
Es el imputado más importante en la megacausa conocida como «Carrillo«: le adjudican 74 privaciones ilegales de libertad, 43 casos de tormentos y 4 desapariciones.
Se fugó en junio del año 2013, poco antes de que comience el juicio oral. El Tribunal había desoído los pedidos de la querella para detenerlo antes y recién pidió ponerlo en prisión cuando el juicio ya era inminente.
Fue demasiado tarde: la policía no lo encontró en su casa de Chaco y tampoco en los allanamientos a los domicilios de sus hijos. A partir de entonces, no hubo más rastros de Spada.
6) RICARDO ALEKS
Otro ex jefe de inteligencia, en este caso de la Policía Federal en Mendoza. Le adjudican al menos dos secuestros seguidos de muerte. Primero con Amadeo Sánchez Andia, que en 1975 fue raptado del Hospital de San Martín y fusilado en Las Heras. Después a Víctor Romano Rivamar, quien en 1976 fue baleado por la espalda.
Aleks participó en esos hechos, junto con una banda de otros siete policías federales. Su rol fue informado a la Justicia por un suboficial arrepentido, Carmen Cirella Paredes, que había sido el chofer de los operativos.
El testigo sufrió varias amenazas de muerte y trató de desdecirse en la causa. Sin embargo el juez Walter Bento confirmó los procesamientos y en diciembre de 2007 ordenó las detenciones.
Desde ese momento, Aleks se oculta de la Justicia
Es un caso insólito: fue ubicado hace cinco años en Italia, pero todavía no lograron detenerlo.
Ex teniente coronel, estuvo en el temible Regimiento de Infantería de Montaña de San Juan. Está acusado de haber participado en el homicidio de por lo menos cuatro personas, además de torturas y secuestros.
A mediados de 2010, el juez federal Leopoldo Rago Gallo lo había detenido. Pero luego ocurrió la historia de siempre: ese año la Camára de Casación ordenó liberarlo y Malatto aprovechó para escaparse.
Usando pasaporte extranjero, viajó a Chile y después a Italia. La Argentina pidió su extradición, pero las autoridades europeas no se lo concedieron. Recién en octubre pasado se abrió una causa para juzgarlo allá, con destino incierto. Malatto sigue libre.
8) JUAN CARLOS VÁZQUEZ SARMIENTO
Está prófugo hace doce años y es apropiador del primer nieto recuperado que trabajó para las Fuerzas Armadas.
Ex oficial de la Fuerza Aérea y miembro de la Regional Buenos Aires de Inteligencia (RIBA), durante la última dictadura se apropió de Ezequiel Rochistein. La víctima nació en la ESMA, hijo de los militantes montoneros María Graciela Tauro y Jorge Rochistein, secuestrados en Hurlingham por mayo de 1977.
Ezequiel recuperó su identidad en septiembre de 2010. En ese momento era empleado de la Fuerza Aérea, adonde había entrado a trabajar por su apropiador. Se hizo el ADN de manera forzosa y al principio se resistió a conocer a su familia biológica, pero finalmente entabló un buen vínculo.
Desde el año 2003, no hay señales de Vázquez Sarmiento.
Coronel retirado de Bahía Blanca y ex custodio oficial del ex presidente Carlos Menem.
Miembro del grupo de tareas del Cuerpo V del Ejército en esa ciudad, donde funcionaba un centro de detención llamado «La Escuelita».
Está procesado por varios delitos, incluyendo el homicidio agravado de Daniel Hidalgo y Olga Souto Castillo. En 1977 lo premiaron por su «combate a la delincuencia subversiva».
Antes de la fuga, los fiscales insistieron en pedir su detención para que no se escapara. Pero los reiterados pedidos de cárcel fueron ignorados por todos los jueces de primera instancia, de la cámara de apelaciones y del tribunal oral. Finalmente, en mayo del 2013 y poco antes de comenzar el juicio, Arroyo se convirtió en prófugo.
10) ANTONIO «TONY» TUTTOLOMUNDO
Ex represor de la policía de Santa Fe y buscado por brutales crímenes de lesa humanidad en Rosario.
El caso más violento que se le atribuye es el homicidio de Conrado Galdame, un militante del Partido Socialista de los Trabajadores, que fue secuestrado y torturado el 16 de diciembre de 1978.
Se le adjudica haber torturado de manera cruel y luego asesinado al joven, en el Servicio de Informaciones de la fuerza policial. Pero la historia no terminó ahí: para encubrir el episodio, se realizó la puesta en escena de un enfrentamiento en la casa de Conrado, en donde ejecutaron a otras dos personas que se encontraban allí. Desde mayo del 2008, hace más de siete años, se esconde de la Justicia.