La difícil situación económica que atraviesa la Argentina se profundiza con el correr de los años y presenta desafíos significativos. La capacidad de adquirir bienes de consumo es un indicador fundamental para ver el escenario completo y compararlo con otros países, sobre todo de la región.
Lo que sucede principalmente es que la constante devaluación del peso y la creciente caída en términos reales de los salarios, han hecho que alcanzar bienes básicos implica un esfuerzo considerable para los trabajadores argentinos. La relación entre el salario y el costo de vida se convirtió en una encrucijada fatal, es una métrica crucial para comprender la economía doméstica y el poder adquisitivo de sus ciudadanos.
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Damián Di Pace, director de Focus Market, la empresa que realizó este estudio en profundidad, señala que la pérdida de poder adquisitivo del peso argentino ha erosionado significativamente el nivel de ingreso de los argentinos. Por esta razón es que a pesar de que algunos bienes pueden ser más económicos en dólares que en otros países de la región, los argentinos deben trabajar más horas para poder adquirirlos.
El reciente informe de esta cosnutlroa revela que los argentinos necesitan trabajar 111 horas, lo que es el equivalente a más de 13 jornadas laborales de 8 horas, para adquirir algo tan simple, necesario o asequible como un jean. Este dato coloca a Argentina en el segundo lugar de la lista en América Latina, solo superada por Venezuela, donde se requieren asombrosas 2.400 horas de trabajo para adquirir el mismo producto.
En contraste con Latinoamérica, países hermanos como Chile y Uruguay necesitan muchas menos horas, con 21 y 29, respectivamente.
Dicho estudio se basa en el ingreso mensual de un salario mínimo en Argentina, que actualmente asciende a 146 dólares estadounidenses al tipo de cambio informal. A partir de esta cifra, se calcula el número de horas que un trabajador argentino debe invertir para comprar artículos como jeans, zapatillas y smartphones.
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Di Pace se expresa al respecto: “Los desequilibrios macroeconómicos que recibirá la próxima gestión de gobierno son importantes, con un déficit fiscal muy por encima del 1,9% en el 3% del PBI que se financia con emisión monetaria”.
Según lo que dice esto se agrava debido a la ascendente inflación e incluso las diferentes propuestas económicas de los distintos candidatos.
Lamentablemente la comparación con países como Venezuela para Di Pace es necesaria: “En algún momento y ya hace más de una década muchos argentinos sospechaban que podíamos acercarnos a Venezuela en materia inflacionaria, restricciones y regulaciones, intervención sobre la propiedad privada entre otros. Lamentablemente algo de esto ha sucedido”.
Lo que siente el economista es que la inflación tiene un hilo conductor con el manejo del gasto público, por eso es que el valor del dinero se ha disminuido en términos de su composición.
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