“Este cuerpo está hecho para comenzar una revolución”, dice una chica, y la cámara la toma sentada junto a dos amigas. Las tres están desnudas, pero sólo muestran parcialmente sus cuerpos. El resultado es una toma no sexy sino relajada. Parecen estar a punto de comenzar una sesión de yoga.
“Este cuerpo está hecho para ser poderoso y sexy”, dice después otra chica en shorts y guantes de box, que tira patadas y golpes al aire. “Este cuerpo está hecho para el amor”, dice entonces una mujer rubia, que sostiene a un bebé muy chiquito sobre su pecho. ¿Habrá sido por eso? Habrán prohibido el aviso porque muestra a un bebé tomando teta?
La campaña se llama Este cuerpo (This body) y fue diseñada para la marca de ropa interior estadounidense Lane Bryant, especializada en talles “grandes”. En otras palabras, la clase de sostenes, trusas y tangas que usan muchas mujeres en los Estados Unidos, allí donde la obesidad es ya un grave problema de salud pública y las campañas para enseñar a comer más saludablemente están a la orden del día.
Sin embargo, es llamativo cómo esos mismos canales de televisión que cubren sin mayores problemas desfiles de moda de marcas como Victoria Secret (aquella de los ángeles, las alas y los conjuntos extra diminutos) se ponen de lo más quisquillosos cuando de lo que se trata es de emitir comerciales en donde las protagonistas tienen piernas fuertes, rollos visibles y pechos contundentes. Así no muestren nada, como en este caso, el sólo hecho de ser gordas parece dejar a estas modelos fuera de la competencia. Y, ya que estamos, también de las pantallas del horario central.
Juan Carlos Tesone es médico psicoanalista y parte de la Asociación Psiconalítica Argentina (APA). Y comenta al respecto que toda definición de belleza es “una noción fuertemente epocal. No es lo mismo el cuerpo delgado , a veces casi anoréxico, de las exigencias de las pasarelas actuales, de la noción de belleza en otros momentos de la historia. Así, Las Tres Gracias de Botticelli desprenden una calidez particular dentro de sus pronunciadas curvas. En un desfile de modas contemporáneo, en el cual imagináramos desfilar a las Tres Gracias, seguramente no les darían ni siquiera las gracias”, ironiza.
¿Habrá sido ése entonces el criterio que habrán seguido cadenas como ABC y NBC para negarse a poner en el aire este aviso protagonizado por varias de las más famosas modelos XL, como Ashley Graham o Precious Lee? Además de ser abundantes, ¿qué se supone que hicieron tan grave como para ser excluídas sin más? Porque lo cierto es que viendo el aviso, no hay más que ropa interior, chicas y bastante piel. Y nada más que eso.
En otras palabras, exactamente lo mismo que se ve en el último aviso de Victoria Secret para su campaña de verano 2016: chicas, piel y ropa interior. ¿Exactamente lo mismo? Bueno, no. Porque mientras que los “ángeles” de Victoria Secret pasean sus figuras de aguja por la pantalla, las chicas de Lane Bryant son un verdadero derroche de gracia y contundencia. Hablan, se mueven, se ríen y hacen morisquetas sexies con ochenta kilos encima. Y eso, precisamente eso, parecería ser lo imperdonable: que sean gordas y se sientan atractivas.
Nobleza obliga, NBC aclaró que le pidió a la empresa que hiciera unas “mínimas correcciones” en el comercial para que quedara dentro de las exigencias de “decencia” que tiene su protocolo de emisión. Pero, en cualquier caso, resulta perturbador pensar que la idea de lo “decente” pueda estar asociada al volumen. ¿Una chica en bombacha y corpiño sube o baja su “nivel de decencia” según el dictamen de la balanza? Parecería ser que sí.
Curiosamente –o no- esto ya había sucedido. En 2010 y para otra línea de la misma marca, llamada Cacique, la cadena Fox decidió que un comercial en el que se veía a otra chica morrocotuda arreglándose para una cita tampoco podía salir en horario central. La reacción de la marca fue tan airada como graciosa, ya que le recordaron a la cadena que por esa misma pantalla tan casta las “esposas desesperadas” se la pasaban saliendo con sus entrenadores y parquistas, y que también allí “Bart Simpson nos mostró su luna más veces que la NASA”. Finalmente, tras el escándalo, el aviso fue emitido.
También en aquella oportunidad la cadena ABC se negó a pasarlo, fue acusada de censura y negó todo. Hasta que, ay, alguien filtró un documento interno en que se dejaba más que en claro que el aviso no podía emitirse porque era desaconsejable para niños y adolescentes, sin dar más explicaciones. Lo que sí queda más que en claro después de ver todos estos episodios es que el tamaño cuenta, y cómo.
Un trascendido dejó saber entonces que para la cadena el escote en juego en el aviso era “excesivo”, aun cuando nunca haya llegado a saberse con qué clase de “escotómetro” o medida por el estilo es que pudieron determinar semejante cosa. Evidentemente, hay algo en nuestra manera de mirar el mundo que ya está cargado con los prejuicios de la delgadez y la línea recta. Y las mujeres que se muestran en avisos como los de esta marca, definitivamente, no tienen nada que ver con eso.
El discurso higienista de siempre vendrá, como siempre, al rescate de la delgadez. A decirnos aquello de que la persona obesa está enferma, que la presión arterial, que los huesos. Y muy probablemente en los casos de obesidad mórbida estén en lo cierto. Pero las mujeres de estos avisos no son hiper obesas, no están enfermas, no tienen ningún problema de salud. Al contrario: se muestran rollizas y saludables, saltando, bailando y acunando a sus hijos.
Pero, ay, pesan algo más de lo que el “canon” actual indica. Curiosamente, nunca se levantará la misma cantidad de voces para alertar sobre los riesgos reales de morir que enfrentan esas chicas piel y hueso que se suben a una pasarela y caminan como hipnotizadas y al borde del desmayo. Frente a esto, Tesone nos recuerda que “actualmente se considera como bello aquello que responde a estereotipos de época, en general relacionados con una imagen impuesta por la publicidad. El cuerpo se vuelve objeto-imagen, como si lo que se valorara fuese una imagen recortada por la misma tijera. Pero la belleza y la sensualidad de una persona pasa no sólo por su imagen sino por su porte, su actitud, su inteligencia”. Y las chicas de la publicidad prohibida muestran, justamente, todo eso: actitud y sensualidad. Sólo que lo hacen en el envase inadmisible de un cuerpo fuera de escala. Inmune a todo, y demasiado libre como para poder ser admitido y mostrado en el prime time.