Tras años de estar descatalogados, Only Love Can Sustain, Alma de diamante y Kamikaze vuelven a salir en CD y, próximamente, en vinilo.
Por Pablo Strozza (@pstrozza)
No es ni la primera ni la última vez que la muerte de un músico hace que se revea su obra y se reedite con el cuidado que no tuvo en vida. La aparición, tras la muerte de Norberto Napolitano, de los indispensables siete primeros volúmenes de Pappo’s Blues en cuidadas ediciones en digipacks con comentarios del gran Alfredo Rosso son una prueba fehaciente al respecto.
Con la discografía de Luis Alberto Spinetta pasó algo parecido. Si bien todos sus álbumes habían visto la luz en formato láser, Only Love Can Sustain, Alma de diamante y Kamikaze estaban descatalogados desde hacía años. Y eso hizo que dichos CDs cotizaran la friolera de $ 1.900 por parte de aquellos afortunados poseedores, tal como se refleja en esta foto. La muerte del Flaco y la curaduría de sus músicas por parte de sus hijos hizo que apareciera Los amigo, un disco póstumo que registró junto a Rodolfo García y Daniel Ferrón, y que también Only Love Can Sustain, Alma de diamante y Kamikaze fueran reeditados gracias a los oficios de Sony Music.
Only Love Can Sustain (1979) es el disco maldito de Spinetta. Guillermo Vilas fue quien le facilitó los contactos al Flaco para que grabara un disco cantado en inglés en Nueva York y Los Angeles, con una producción de 100 mil dólares (que en ese entonces valían mucho más que ahora), una orquesta de sesnta músicos y sesionistas de la talla del baterista Terry Bozzio (músico de la banda de Frank Zappa) y los percusionistas Alex Acuña (Weather Report) y Paulinho Da Costa. Pero el resultado quedó lejos de tamaña expectativa: lo que se escucha es un soft rock con toques de soul y funk deudor de Gino Vanelli (de quien Luis Alberto era fan) hiper producido. “Estaba muy rayado con el resultado final, pero bueno, si existe Spinettalandia y sus amigos, el disco del caos, como contrapartida existe el otro ‘disco negro’, el norteamericano, que es hiperorganizado. Son dos extremos”, le dijo el Flaco a Eduardo Berti para su libro Spinetta: Crónicas e iluminaciones. Only Love… jamás fue presentado en vivo, y recibió en su momento críticas pésimas.
Sin embargo Spinetta allí estaba dejando una clave para su futuro: los interludios instrumentales de esa placa se llamaban “Jade”. Y así fue que su nuevo grupo recibió el nombre de Spinetta Jade. Alma de diamante (1980) fue el título del debut del combo. Allí Luis Alberto recuperaba el tono de jazz rock que había tenido A 18’ del sol, y por primera vez empezaba a trascender la influencia de sus lecturas de Carlos Castaneda en sus letras. Los versos de “Dale gracias” (“Es inútil que intentes brillar con tu historia personal. Recuerda que un guerrero jamás detiene su marcha”) hacen referencia al libro Viaje a Ixtlan, y lo mismo ocurre con “Con la sombra de tu aliado (El aliado)” en referencia a Las enseñanzas de Don Juan. Y, al mismo tiempo, la canción que da título al disco posee una de las melodías más hermosas que haya compuesto el Flaco. Un álbum que requiere trabajo para el oyente, que cuando cae atrapado en sus mieles sucumbe ante la belleza.
Kamikaze apareció en 1982 en plena Guerra de Malvinas, y pese a que había sido grabado en anterioridad fue y es imposible disociar su título con el momento de su salida. Pese a ser una suerte de antología de once canciones que Spinetta compuso en distintos momentos de su vida hasta ese momento, posee una cohesión que desmiente ese hecho temporal y que está dada por el tono acústico y casero del registro. Todos los temas son memorables: desde las referencias a los suicidas nipones de la 2da Guerra Mundial (“Morir así es en vano”) y a Tupac Amaru (“Aguila de trueno”) pasando por el explícito instrumental “Almendra”, citas a la fallida ópera rock esa banda (“Ella también”), letras minimalistas (“Casas marcadas”), declaraciones de principios )la zamba «Barro tal vez»), colaboraciones con su amigo Eduardo “Dylan” Martí (“Quedándote o yéndote”) y versos con copyright cien por cien Spinetta como “Y tu amor es una vieja medalla”. Pero, además de lo musical, esta versión de Kamikaze nos permite (re)encontrarnos con los dos textos que Luis Alberto escribió para su sobre interno, que poseen una hermosura y una actualidad pasmosas.
“¿Es muy importante vender discos para que un artista ‘sea’? Es muy importante que alcancemos felicidad en el sentido de habernos desprendido definitivamente del standard inventivo para poder dar paso a nuestras vidas, a nuestras decisiones de ser y a nuestra propuesta por encima del vano hecho del genio, ya que hay algo muy superior que espera ser percibido. Vivimos calificando entre los rubros de nuestra ignorancia. Es por eso que admiro profundamente la decisión de aquellos jóvenes kamikazes, al margen de la abominación de la guerra. Su proporción de sensibilidad es dramáticamente más profunda que la de haber permanecido escuchando estas canciones esperando por mamá y papá. ¿Lamentablemente no hay más kamikazes de la vida creativa?”, escribió el Flaco en abril de 1982. Y mientras se lo relee y se contiene alguna lágrima, se lo extraña, se lo quiere y se lo vuelve escuchar. Para ponerlo en sus palabras: “ … y que siga la melodía”.