El lunes 18 de julio de 1994, a las 9:53 A.M., una bomba estalló en la sede de la Asociación de Mutuales Israelitas Argentinas (AMIA), que está ubicada en la calle Pasteur 633, en pleno barrio porteño de Once de la Ciudad de Buenos Aires. La demolición del edificio fue inmediata, con un saldo de 85 personas muertas, y más de 300 heridos, y el perjuicio serio a los edificios aledaños y a todo el vecindario. Fue el ataque más grande contra un objetivo judío fuera de Israel desde la Segunda Guerra Mundial, y tras infinidad de idas y venidas judiciales, que no serán tratadas en esta nota, aún no se ha condenado de modo firme a los culpables.
El ataque a la AMIA es uno de los ejes argumentales de la segunda temporada de Iosi, la serie dirigida por Daniel Burman, protagonizada por Natalia Oreiro, Gustavo Bassani, Mercedes Morán, Alejandro Awada, Carla Quevedo y Marco Antonio Caponi, entre otros, más la participación especial de los israelíes Moran Rosenblatt e Itzik Cohen, conocidos por su participación en Fauda. La miniserie está basada en el libro Iosi, el espía arrepentido: la confesión del policía federal infiltrado en la comunidad judía, de Horacio Lutzky y Miriam Lewin. Ambas temporadas se pueden ver por Amazon Prime Video, con ocho episodios cada una.
El mundo de los servicios de inteligencia suele ser un gancho irresistible a la hora de abordar una non fiction. En Iosi ese atractivo redobla la apuesta al tratarse de hechos ocurridos en nuestro país y que son de conocimiento público para todo el mundo, más allá de que no se haya sido contemporáneo a los asuntos narrados, que también incluyen el misil Cóndor, la venta de armas a Ecuador en medio de su conflicto con Perú, entre otros asuntos del mismo grado de suciedad. La sensación que se maneja es que son personas que, aunque estén envueltas en un mundo sin dudas horrible, bien nos las podemos cruzar caminando por la calle con total normalidad, o en el supermercado comprando lo mismo que nosotros. Detalles que no dejan de inquietar y que, al mismo tiempo, brindan un atractivo imbatible a la hora de entrar dentro de la historia de espias, dobles agentes, traiciones, política internacional y romances que se narra de un modo crudo y vertiginoso, como pocas veces se hizo dentro del género en la Argentina, gracias a los oficios tanto de Burman como a las actuaciones de todo el elenco.
Ver la segunda temporada de Iosi hoy, tras el ataque terrorista de Hamas a Israel ocurrido el pasado 7 de octubre, con 1400 personas muertas y una guerra en marcha, puede resultar incómodo. Pero, al mismo tiempo, es un ejercicio necesario para entender ciertos mecanismos inimaginables desde donde se cocinan decisiones que muchas veces afectan nuestras vidas de manera directa. Y también se puede observar tanto como un intento de redención y búsqueda de cierta clase de justicia por parte de una parte de un hombre que bien pudo haberse llamado Iosi Peres, pero que en el fondo de su ser y su alma siempre fue, es y será José Pérez.