Sí, leyeron bien: la victoria más legendaria del desaparecido boxeador fue nada menos que contra el Hombre de Acero. Conocé la increíble historia.
Por Pablo Strozza (@pstrozza)
El triunfo boxístico más importante en toda la trayectoria de Muhammad Alí, el deportista más importante de todos los tiempos, fallecido en la noche del viernes 3 de junio en los Estados Unidos, no fue en 1974 en el Zaire cuando derrotó a George Foreman y recuperó la corona de los pesos pesados. Tampoco fue cuando se consagró por primera vez al vencer a Sonny Liston, ni cuando le ganó en las Filipinas a Joe Frazier en un combate denominado Thrilla in Manila. La pelea más importante que ganó Alí quedó reflejada en 1978 en las páginas de un cómic de lujo publicado por la editorial DC, y cuenta el momento en el que el púgil noqueaba con sus puños anda más y nada menos que a Superman. Sí, al Hombre de Acero nacido en Krypton.
Escrita por Dennis O’Neal y Neal Adams, y dibujada por el segundo, la historia presenta al Planeta Tierra ante un reto extraterrestre proveniente de la raza Scrubb y su líder Rat’Lar: enfrentar al mejor peleador scrubb versus el mejor peleador humano. De forma voluntaria, tanto Alí como Superman se ofrecen para tamaño duelo. Pero Alí tiene un argumento legítimo para ser elegido: él es humano, “El más grande”, y Superman no. Por lo tanto, la Tierra decide una eliminatoria entre Alí y Superman, con la condición que el Superman no pueda utilizar sus superpoderes en la pelea, que fue transmitida en vivo por la televisión intergaláctica a miles de planetas. Y ante el hándicap que daba el Hombre de Acero al no tener el plus que no hacía invencible, la pelea fue ganada fácilmente por Alí por knock out técnico. Así fue como Alí quedó seleccionado para combatir con el alienígena Hun’Ya, a quien promete derrotar por knock out en el cuarto round.
Pero esto no fue suficiente para Rat’Lar, quien decidió invadir la Tierra en el momento que su elegido scrubb peleaba contra Alí. Superman, entonces, tomó cartas en el asunto: recuperado en tiempo récord de la golpiza que le propinó Alí, se enfrentó a los extraterrestres mientras Alí noqueaba a Hun’Ya y, como debe ocurrir en casos como éste, triunfó. La Tierra quedó a salvo y Alí, en la viñeta final, se lo hace saber a Superman cuando le dice “Superman, Nosotros somos los más grandes”.
Pero más allá de la trama, lo interesante de Superman vs. Muhammad Alí es su tapa. Al mejor estilo del Sgt. Pepper beatle, mientras ambos colosos pelean se puede observar quienes fueron testigos de tamaño acontecimiento. Y allí se los ve: los presidentes de los EE.UU. Gerald Ford y Jimmy Carter, Frank Sinatra, Los Beatles (junto a Yoko Ono y Linda McCartney), Christopher Reaves (con gafas, como si fuera Clark Kent), los Jackson 5, Rachel Welch, Woody Allen, John Wayne, Pelé y Kurt Vonnegut, entre muchos otros, fueron algunos de los asistentes privilegiados que vieron con sus propios ojos la victoria de Alí.
Alí fue, tal como se dijo más arriba, el deportista más importante de la historia. Su talento como boxeador; su trascendencia como figura pop; su compromiso racial, político y religioso (que lo llevó a negarse a combatir en Vietnam, con el consiguiente perjuicio de ser despojado de su título mundial y tener prohibido boxear durante tres años en el apogeo de su carrera); sus dotes como escritor y rapero; su belleza y su inigualable carisma hicieron que fuese el favorito de gente a la que la sola idea del box le parece insoportable. Ventajas del Siglo XX por sobre el Siglo XXI: antes hubo héroes, ahora hay celebrities. Y Alí, que duda cabe, pertenece a los primeros.