Desde su fundación a finales del Siglo XIX hasta hoy, Mar del Plata tiene un encanto único que la hace, una y otra vez, como la ciudad preferida por los argentinos al momento de tomarse unos días de descanso. Con sus 800 mil ciudadanos permanentes, es un destino para visitar en cualquier momento del año pero, claro está, el atractivo del mar la hace irresistible en cuanto comienza a subir la temperatura.
A continuación, un listado caprichoso de cinco lugares que no podés dejar de visitar en tu estadía en la Ciudad Feliz. Hay para todos los gustos. ¡A disfrutar!
1- Bosque Peralta Ramos
Todo comenzó en la década del 50, cuando la familia Peralta Ramos (fundadores de Mar del Plata) decidió plantar en una zona de 450 hectáreas cercanas a las playas del sur de la ciudad una flora que incluyó pinos paraná y lamberiana, eucaliptus, aromos, tamarindos, nogales, robles, araucarias, magnolias y jazmines, entre otras. Se loteó el resto del terreno, pero lo que permanece conforma una reserva natural intacta que es uno de los cinco bosques forestados no naturales más grande del mundo. Cabañas, casas amplias, casas de té, hostales y cervecerías conforman una zona única, que con su silencio bucólico desmiente el frenesí que se vive en la zona del centro.
2- El Puerto
Clásico de clásicos de la ciudad, y no solo por su histórico polo gastronómico, que se mantiene como un paseo ineludible de generación en generación. La Banquina de Pescadores, declarada Patrimonio Histórico Nacional, incluye la vista tanto de las embarcaciones y su colorido variopinto como de los lobos marinos, y a la tarde la compra de pescado fresco y recién sacado del mar a los propios pescadores. A la salida, la Avenida Juan B. Justo es una tentación para aquellos que quieran adquirir algún pullover, y el Club Náutico Mar del Plata nos hace imaginar, en los años 60, a un jovencito zurdo que soñaba con llegar a la cima del mundo de la mano de su raqueta. Un tal Guillermo Vilas.
3- La Casa del Puente
También conocida como Casa sobre el Arroyo, fue edificada por el arquitecto Amancio Williams para su padre, con el objetivo de demostrar en una construcción de estas características que puede dejarse el suelo libre de modo tal que la obra no sólo logre ser observada por sus flancos sino por debajo de la misma. Por otro lado, el lugar elegido por Williams (las calles Matheu, Quintana, Funes y Guido, cercanas al Colegio Nacional Dr. Arturo Humberto Illia) es natural y se encuentra dividido por el cauce del arroyo Las Charcas. Abandonada durante décadas y abiertas en plan museo, se puede ir a visitar y a deslumbrarse con esa joya de la arquitectura.
4- Museo MAR
El Museo de Arte contemporáneo de la Provincia de Buenos Aires (Museo MAR) se encuentra en la parte norte de la ciudad. Diseñado por el estudio de arquitectos Monoblock, se puede visitar de martes a domingos de 16 hs. a 22 hs. de manera libre y gratuita. Su mayor atracción es el Lobo Marino de Alfajores diseñado por Marta Minujín: una instalación de 10 metros de altura realizada en hierro y metal, y recubierta por 50 mil envoltorios de alfajores Havanna.
5- Villa Victoria
En pleno Barrio Los Troncos (cercano a Playa Grande) se encuentra, convertida en centro cultural y casa de té, la mansión que perteneció a Victoria Ocampo: Villa Victoria. Tanto los metales como las maderas que son parte de su estructura fueron traídos especialmente de Inglaterra, y hasta 1973 ofició de lugar de tertulias y vacaciones. Luego Ocampo donó la vivienda a la UNESCO para su conservación, pero la entidad decidió rematarla y fue adquirida por la Municipalidad de General Pueyrredón. A pocos metros se encuentra el Mar del Plata Day School, en lo que antiguamente fue Villa Silvina, una casa similar que perteneció a Silviva Ocampo.