En medio de una situación de crisis alimentaria que afecta a los sectores más vulnerables, Pablo Rodrigué, responsable de la distribución de alimentos en la Secretaría de Niñez y Familia, presentó su renuncia. Rodrigué, quien anteriormente ocupó cargos en la administración de María Eugenia Vidal, deja su puesto en un momento crucial donde los comedores comunitarios y merenderos llevan más de 60 días sin recibir suministros.
Según fuentes internas, el ahora exfuncionario, no pudo llevar adelante la distribución de alimentos y su alejamiento se produce en medio de una semana marcada por las críticas de la Iglesia y la oposición debido a la falta de mercadería.
Además de Rodrigué, dejó el equipo de Comedores, Agustín Sánchez Sorondo, quién no estaba nombrado, pero estaba a cargo de las gestiones administrativas en la dependencia que tiene como titular a la ministra Sandra Pettovello, y que recibe a diario reclamos por la falta de políticas claras en la distribución de las partidas alimentarias.
Organizaciones sociales – como el Movimiento Popular La Dignidad y la Unión de Trabajadores de la Economía Popular– llevaron a cabo acciones de reclamo en las últimas semanas frente a supermercados y edificios gubernamentales, exigiendo una respuesta inmediata ante la escasez de alimentos y la falta de coordinación por parte del Estado.
Todo esto, sumado a la opacidad en los procesos administrativos exacerbó la crisis, dejando a millones de personas en una situación de vulnerabilidad extrema. Mientras tanto, la respuesta del Gobierno es limitada, centrándose en la renovación de acuerdos con organizaciones como Cáritas y la firma de convenios con organismos internacionales, sin abordar de manera efectiva la raíz del problema.
En este contexto, la dimisión de Pablo Rodrigué refleja la complejidad y la gravedad de la situación.