La iglesia viene manifestando hace semanas su preocupación ante la falta de entrega de alimentos por parte del gobierno. Desde los curas que trabajan en varios vulnerables, hasta los representantes del Episcopado, todos señalan la crítica situación que atraviesan los comedores a los que les cortaron los suministros, y donde la demanda de alimentos se duplicó.
En una entrevista con Infobae, el presidente de la Conferencia Episcopal, monseñor Oscar Ojea, compartió preocupantes perspectivas sobre la creciente crisis social que atraviesa Argentina. El alto prelado dijo que «es drástico» el deterioro de las condiciones de vida de los estratos más desfavorecidos, y destacó el notorio incremento en la demanda de asistencia alimentaria en los comedores del gran Buenos Aires.
Según Ojea,la situación alcanzó niveles alarmantes. «En algunos comedores del gran Buenos Aires, donde antes había 50 personas, ahora hay más de 100», reveló, subrayando la aguda necesidad que enfrentan los sectores más vulnerables de la sociedad.
El presidente del Episcopado instó a mantener la distribución de alimentos a través de los movimientos sociales que gestionan comedores populares, enfatizando la importancia de preservar estas estructuras ya existentes. Asimismo, expresó su preocupación por la falta de acceso a remedios esenciales, particularmente en el contexto de la epidemia de dengue que afecta al país, y destacó la difícil situación que enfrentan los colegios católicos, que luchan por mantenerse operativos debido a la incapacidad de muchas familias para pagar las cuotas escolares.
En relación con las recientes reformas en la distribución de alimentos impulsadas por el gobierno, Ojea enfatizó la necesidad de transparencia y auditoría, pero también instó a respetar las estructuras existentes que han demostrado ser efectivas en la entrega de ayuda alimentaria a quienes más lo necesitan.
“La Iglesia termina siendo defensora de que todos puedan comer. Para hacer llegar el pan a los barrios es necesario no discontinuar a los grupos ya existentes que están trabajando. Todo lo que atente a que los bienes primarios, como son los alimentos, no lleguen a nuestra gente no es bueno. En el caso de que se quiera hacer un proceso de cambio, hay que hacerlo de otra manera, sin discontinuar”, manifestó el presidente del Episcopado.
Ayer, el diputado nacional por La Libertad Avanza (LLA) Alberto Benegas Lynch sostuvo que el sistema de comedores “es un relajo absoluto” y defendió la política de la cartera a cargo de Sandra Pettovello. “Sé lo que están haciendo, les están pidiendo (a los comedores) la información absolutamente básica, dado que todo es un relajo absoluto. Los comedores piden un tipo de calidad de comida y después compran porquerías o la venden. No estoy generalizando, es el marco, no digo que todos sean así”, sostuvo en una entrevista.
Ojea ratificó el compromiso de la institución con la solidaridad y el apoyo a los más desfavorecidos y pidió al Presidente que reconsidere la idea de desfinanciar al Fondo de Integración Socio Urbana (FISU): «Necesitamos que se de continuidad a estos proyectos destinados a mejorar las condiciones de vida en los barrios más marginales», sostuvo.