La pareja condenada por el asesinato de Lucio Dupuy quedó alojada en distintas cárceles tras el reclamo de los familiares del niño, a un año ya de las condenas. Una de ellas permanecerá en San Luis y la otra en Mendoza. Tanto Abigail Páez como Magdalena Valenti cumplían su sentencia perpetua, hasta hoy, en la misma celda del Complejo Penitenciario N°1 de San Luis.
A raíz del reclamo de la familia del niño asesinado, que veía esto como un beneficio, la Justicia resolvió separar de celda a la madre de Lucio Dupuy y a su pareja. Así lo informó el Ministerio de Seguridad de la Nación a través de Patricia Bullrich, quien conduce la cartera.
En esa línea, Bullrich expresó en su cuenta de X: ‘’SE LES ACABÓ LA LUNA DE MIEL A LAS ASESINAS DE LUCIO DUPUY Lo mataron su madre y su novia. Se lo sacaron a su abuelo y a su tía. Lo torturaron hasta matarlo. En su declaración, la pareja asesina confesó que Lucio era ‘el obstáculo’: así le decían para estar juntas y por eso lo mataron’’.
Y añadió: ‘’Estaban juntas en la cárcel de La Pampa, lo que para el abuelo y la tía era darles un beneficio y no una pena. Por eso, nos pidieron separarlas y así lo hicimos. Ahora ya están separadas, en dos cárceles en provincias distintas, y pasarán hasta el último día de sus vidas encerradas y sin verse. Las responsables de su sufrimiento y el de toda su familia van a tener su merecido, y Lucio y su familia van a tener justicia’’.
El ministerio de Seguridad informó que el traslado ya se efectivizó esta madrugada. Una de las acusadas quedó en el Complejo Penitenciario de San Luis y la otra fue al Complejo Penitenciario Federal N° 6 de Mendoza.
La mamá de Lucio, Magdalena, fue acusada de homicidio triplemente calificado por el vínculo, alevosía y ensañamiento; mientras que su pareja, Abigail Páez, fue condenada por homicidio doblemente calificado por alevosía y ensañamiento, en concurso real con el delito de abuso sexual, agravado por tratarse de la guardadora y por haberse cometido contra un menor de 18 años de edad, aprovechando la situación de convivencia preexistente, como delito continuado.