Once presos se fugaron de la comisaría 5ª en el barrio Abasto de Rosario. El hecho, que ocurrió durante la madrugada, se hizo evidente para las autoridades solo cuando uno de los reclusos decidió entregarse. La comisaría, ubicada en la calle Italia al 2100, estaba superpoblada con 70 internos en una instalación diseñada para 24, lo que demuestra una situación crítica en términos de capacidad y gestión carcelaria.

La noticia indica que los reclusos escaparon de un módulo de detención. Entre los fugados se encuentran Jonatan Miguel Ledesma, Juan José Miño, Walter Damián Meljem, Facundo Fabián Badaracco, Enrique Nahuel Gómez, Néstor Summer, Agustín Nelson Javier Medina, Cristian Alberto Meza, Roberto Carlos Machuca, David Jonatan Gutiérrez y Javier Emanuel Peralta. Hasta el momento, no se identificaron públicamente al recluso que volvió para entregarse.

Según las investigaciones preliminares, seis de los prófugos -Badaracco, Gómez, Gutiérrez, Machuca, Peralta y Summer- enfrentan acusaciones por delitos a mano armada. Otros detenidos tienen cargos por una variedad de crímenes, desde tentativa de robo calificado hasta amenazas simples. Este perfil delictivo complejo y diverso de los fugitivos añade un nivel significativo de preocupación para la comunidad y las autoridades encargadas de su captura.

Una vecina del lugar comentó: «Es la tercera vez que se escapan de acá. Siempre es por un portón gris. Es un tapial el que saltan. Ahí hay una cámara, que no sé si funciona». Esta declaración subraya un patrón recurrente de fugas y potenciales fallas en las medidas de seguridad de la comisaría. La falta de funcionalidad de las cámaras de vigilancia, si se confirma, sería un fallo grave en la infraestructura de seguridad.

En paralelo, otro incidente de inseguridad se reportó en las proximidades de otra comisaría en Rosario. Cuatro autos fueron incendiados en la cuadra de la Seccional 32, ubicada en la calle Fader al 3100. Las autoridades lograron sofocar el fuego rápidamente, sin reportar heridos. Aunque la investigación está en curso, se sospecha que el responsable podría ser el dueño de uno de los vehículos secuestrados.

La fuga y los incendios resaltan una crisis de seguridad en Rosario, poniendo en jaque la efectividad de las fuerzas policiales y la capacidad de los sistemas de detención para manejar la sobrepoblación y mantener el control. Desde el Ministerio de Seguridad, se informaron que la investigación sigue en curso y que se tomarán medidas adicionales para evitar futuros incidentes.