Melody Rakauskas, ex secretaria privada y denunciante del intendente de La Matanza, Fernando Espinoza, que se encuentra procesado por abuso sexual, decidió hablar con los medios para contar lo que vivió: “Lo único que recuerdo es que tenía el cuerpo de él encima. Parecía que tenía una bestia”.
Cabe destacar que Espinoza fue procesado por abuso sexual simple por el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N°31. La mujer radicó la denuncia el 3 de junio de 2021 ante la Oficina de Violencia Doméstica y a partir de entonces la causa empezó a ser investigada por la UFIJ N°8, a cargo de Alejandra María Núñez.
En este contexto, la mujer relató que todo comenzó cuando el intendente fue a su casa luego de una entrevista que habían tenido en la Municipalidad. Después de cenar, le hizo abrir un vino y le preguntó si sabía hacer masajes, simulando estar contracturado.
Sin embargo, ella le dijo que no. A los pocos minutos comenzó a acosarla. “Traté de sacármelo lo de encima. Él trataba de bajarme los pantalones a toda costa. Era un demonio lo que tenía encima. No un jefe”.
Además, explicó que tras el hecho quedó en estado de shock y que no podía dejar de llorar. “Me moría por pegarle un cachetazo y decirle que se vaya de mi casa, pero no lo podía hacer porque sabía que sus custodios estaban armados abajo”.
En ese sentido, expresó: “Se me caían las lágrimas cuando tenía su cuerpo encima, y me dijo que siempre me había tenido ganas. Parecía una bestia. Trataba de sacármelo de encima, no podía ni respirar”.
Y continuó: “Lloraba desconsolada y me decía: ‘Ya está, ya pasó’. Pensé que ahí terminó, pero se acomodó en la cama y me dijo ‘dame besos acá’. Le dije que basta, estaba totalmente desbordada, pero no le importaba. Le repetía que se vaya de mi casa y que no me toque. Me agarró miedo por mi vida, sentí que esa noche quizás me mataba”.
En otro tramo de la entrevista con TN Central, la mujer habla de la denuncia, y señala: “Debería haberse movido de su cargo desde 2021, pasaron 3 años y siguió con todo su poder, con toda la impunidad, y yo viviendo asustada, encerrada y dejando el país. Tenía un fiscal que constantemente parecía que siempre desconfiaba de mí, que al principio me entrevistó por Zoom por medio de su secretario. A mí me dieron solo un botón antipánico, como si eso fuera a salvarme la vida”.
Pese a esto, otro fiscal agarró la causa “que estaba en un cajón” y le dio esperanzas de que Espinoza pueda ser investigado: “Me dijo que había pruebas suficientes y que el relato parecía contundente, que lo que denuncié parecía ser cierto. Y así era, pero la Justicia puede desconfiar, como pasa con todo. Actualmente confío en la Justicia”.