Un joven de 16 años fue encontrado sin vida junto a una garita de transformadores eléctricos en la localidad de Tolosa, La Plata. La Unidad Fiscal de Instrucción (UFI) N°6 inició una investigación para determinar las causas exactas del deceso, aunque la hipótesis principal sugiere que el adolescente murió al intentar robar cables.
El incidente fue descubierto el pasado miércoles cuando agentes policiales encontraron el cuerpo de Joel Maximiliano Farías tendido en el suelo, a la entrada de la central eléctrica ubicada en la intersección de Antártida Argentina y 524. La madre del joven fue quien reconoció su cuerpo, sumiendo a la familia y al barrio El Mercadito en un profundo dolor.
La empresa eléctrica Edelap se pronunció sobre el incidente, revelando que su personal acudió al lugar para colaborar con las autoridades. “Encontramos violentado el cerco perimetral con señalización de riesgo eléctrico de la instalación”, informó la compañía, sugiriendo que podría tratarse de un intento de vandalismo. Además, Edelap alertó sobre el aumento en los casos de robo de instalaciones eléctricas en los últimos meses, con más de 100 incidentes reportados desde 2023 hasta la fecha.
«Quienes cometen estos hechos ponen en riesgo su propia vida manipulando instalaciones peligrosas y exponen la vida de terceros al dejar los tendidos precariamente expuestos y dañados. Además, afectan la calidad del servicio que reciben los usuarios, provocando interrupciones y oscilaciones de tensión», advirtió la empresa en un comunicado.
La fiscalía de La Plata continúa investigando el caso de Joel Maximiliano Farías. Se espera que los resultados de esta investigación puedan arrojar más luz sobre las circunstancias exactas de su muerte y contribuir a la implementación de políticas que prevengan futuros incidentes de este tipo.
Los casos se repiten
Este no es un caso aislado. En febrero pasado, Ezequiel Francisco Curaba, otro joven, perdió la vida en Rosario tras sufrir graves quemaduras al intentar robar cables subterráneos de alta tensión. En el mismo mes, otro hombre de 24 años resultó gravemente herido en circunstancias similares.
Estos trágicos eventos subrayan los peligros extremos de manipular instalaciones eléctricas y la urgente necesidad de abordar el problema del robo de cables. Las autoridades y las empresas eléctricas están en alerta, buscando medidas preventivas más efectivas para proteger tanto las infraestructuras como a las personas que, impulsadas por la desesperación o el desconocimiento, arriesgan sus vidas.
