El secretario de Trabajo, Julio Cordero, recibió a la cúpula de la CGT en lo que representó el primer encuentro oficial entre el Gobierno y los sindicalistas después del paro general del 9 de mayo pasado.
La intención de la gestión libertaria es abrir un canal de diálogo e incorporar formalmente a la central obrera al Consejo de Mayo, algo que los sindicalistas observan con desconfianza y no confirmaron aún su participación.
Cordero, que fue hasta antes de asumir abogado del Grupo Techint, apuesta con el encuentro de hoy a neutralizar una eventual reacción sindical ante la restitución del impuesto a las ganancias, la caída del empleo y los efectos adversos de la recesión económica.
Héctor Daer, integrante del triunvirato de mando de la central obrera, dijo al término del encuentro que pidieron que se “actualice el punto de partida” del impuesto a las ganancias por los efectos de la inflación.
“El proyecto de ley se hizo en enero y hoy los valores son otros. Con lo que en enero se compraban diez kilos de pan hoy se compran cinco”, dijo el dirigente de la Sanidad en la puerta del edificio de Alem 650.
Dentro de la CGT
Puertas adentro de la central obrera se impone por ahora un posicionamiento prudente y cauteloso después de haber activado ya dos paros generales (24 de enero y 9 de mayo) contra Javier Milei. Quienes no están dispuestos a acelerar el choque argumentan que el Gobierno dinamizó la homologación de las paritarias y que hay que darle aire tras la aprobación de la Ley Bases.
Hay sectores que presionan por una medida de fuerza en el corto plazo y que desconfían del intercambio con el Gobierno. Ninguna decisión, de todos modos, se tomará antes del 25 del mes en curso, para cuando la CGT convocó a su consejo directivo a pleno para debatir cómo continuar con el plan de lucha lanzado en diciembre del año pasado en respuesta a la reforma laboral por decreto con la que intentó avanzar el Presidente al inicio de su mandato.
La CGT llevó planteos sobre el impuesto a las ganancias. Tras la sanción del paquete fiscal que impulsó el Gobierno, volverán a tributar Ganancias quienes tengan ingresos superiores a $1.800.000 en el caso de los solteros y de $2.100.000 para casados.
Según los cálculos de los gremios, casi un millón de trabajadores sufrirán el impacto en sus bolsillos. Ya hay dos gremios que anunciaron medidas de fuerza cuando se haga efectivo el descuento en los recibos de sueldo. Uno es el gremio bancario, que encabeza Sergio Palazzo, y el otro es la Federación de Trabajadores Aceiteros, con fuerte influencia en el polo agroexportador de Santa Fe y cuyo referente es Daniel Yofra.