Sofía Clérici declaró por primera vez en la causa conocida como “Yategate”, en la cual es investigada junto al ex jefe de Gabinete de Axel Kicillof, Martín Insaurralde, y a la expareja de él, la conductora Jésica Cirio; todos señalados por presunto enriquecimiento ilícito. Clerici, quien se vio envuelta en el centro de la polémica cuando trascendieron fotos de ella junto a Insaurralde en un lujoso viaje a Marbella, pidió ser sobreseída en la declaración escrita que presentó el 29 de mayo pasado, donde aseguró que trabaja de “acompañante de viajes”. Además, denunció  “haber sido cosificada como mujer”.

En esa línea, aseguró que su participación en el viaje junto al ex intendente de Lomas de Zamora y hombre cercano al gobernador bonaerense, “no constituye delito alguno” y detalló: “Por mi exposición y reconocimiento público de al menos 15 años, es altamente requerida mi compañía y acompañamiento profesional para diversos acontecimientos, entre ellos, para realizar viajes al exterior por periodos prolongados”.

Respecto a su actividad, aseguró que es “modelo y acompañante de viaje” y aseguró que las vacaciones que compartió junto al político  “no crearon ningún riesgo jurídico desaprobado”.

Además, citó un marco legal sobre la prostitución, el cual le atribuyó a la Organización Internacional del Trabajo (OIT), para justificar los regalos y pagos que reconoció que recibió de parte de Insaurralde. Sin embargo, aclaró que sus actividades como acompañante “no guardan relación con la prostitución”, aunque subrayó en el escrito que comparten “un vacío en el encuadre impositivo”.

“Percibo honorarios que en la mayoría de las veces se trata de importantes sumas de dinero, y en otras, regalos costosos, ya sean joyas, ropa o accesorios”, explicó. 

La cita de Clerici en relación a la OIT fue en línea con justificar los US$600.000 que la Justicia le secuestró de su casa en uno de los allanamientos que le realizaron, mientras figura como monotributista ante la AFIP. “El resultado del allanamiento en mi domicilio no revela per sé ninguna actividad delictiva”, consideró, y desarrolló: “Lo que tiene dicho la Organización Internacional del Trabajo (OIT) con relación a las trabajadoras del sexo y actividades relacionadas (aunque las mías no guarden correspondencia con la prostitución) -aclaró- exhortando expresamente a los gobiernos parte a reconocer oficialmente la industria de la prostitución, que a la fecha en nuestro país, continua sin ser debidamente reconocida”.

“Mis servicios y profesión, reitero, a pesar de mi extraordinaria publicidad y reconocimientos, tienen la peculiaridad de ser excluida como asunto impositivo. Pero mis ganancias económicas a lo largo de todos estos años no pueden considerarse como un hecho delictual”, señaló Clerici, y cuestionó el accionar de la justicia con respecto a los allanamientos a su casa: “Fui expuesta a todo tipo de prejuicio y vejamen. Publicaron objetos vinculados a mi intimidad y privacidad” y denunció: “La finalidad era otra muy puntual y concreta: demonizar y cosificar mi figura de mujer”.