El gobierno se encuentra reunido con gremios y empresarios desde las 14.30 en la Secretaría de Trabajo para definir un nuevo salario mínimo, vital y móvil. El Consejo del Salario sesionará luego de que la Confederación General del Trabajo (CGT) se reuniera con el secretario de Trabajo, Julio Cordero..
El último aumento, definido por decreto por el gobierno, fue del 15% y se aplicó en dos tramos, pagaderos en abril y mayo, alcanzando un número total de $234.315.
Si bien algunos gremios reclaman un ingreso básico por encima de la línea de pobreza ($873.169 en junio para una familia integrada por dos adultos y dos chicos) el reclamo es por un incremento del 70 % para que supere la línea de indigencia, de $393.319 para el mismo hogar.
Los gremios reconocen que elevar el mínimo al equivalente de la línea de pobreza sería inviable, ya que se estaría hablando de un 273 % de aumento en un contexto donde el gobierno puja por llevar las negociaciones salariales a la baja para que estas no se traduzcan en inflación.
Resta también definir si el acuerdo se trasladará de forma retroactiva a junio o si por el contrario comienza a regir a partir de julio.
“En las últimas dos reuniones del Consejo del Salario, el Gobierno de Milei en alianza con los sectores empresariales encabezados por AEA, la UIA y CAME, se las ingenió para impedir que el Consejo funcione y decidir por decreto, como lo viene haciendo durante todo su gobierno, para que el Salario Mínimo, Vital y Móvil siga cayendo a niveles cada vez más desesperantes”, advirtió Hugo “Cachorro” Godoy secretario General de la CTA-Autónoma.
Hugo Yasky, secretario general de la CTA de los Trabajadores, cuestionó que “nunca el salario mínimo estuvo tan bajo, nunca la indigencia estuvo tan alta, nunca las grandes corporaciones ganaron tanto mientras la sociedad se empobrece”. “En la reunión del Consejo, la demanda será recuperar lo perdido”, adelantó.
La CGT, que le había hecho dos paros generales al gobierno, intenta sin embargo acercar posiciones. No le es fácil, ya que tampoco quiere quebrar con el ala dura del gremio, encabezada por Pablo Moyano. En esa línea, desde la central difundieron un duro diagnóstico sobre la situación económica, alegando que “no hay perspectivas de recuperación” y destacando “el actual estado de profunda recesión, pérdidas de empleos en todas las actividades y caída del poder adquisitivo de trabajadores activos (regulares e informales) y pasivos, con una falta de perspectivas de mejoras de recuperación económica en el corto plazo”.
