El costo de la Canasta Básica Total (CBT), que mide la línea de pobreza, subió 4,4% en agosto. El dato, que constituye el mayor incremento desde abril, implica que una familia tipo necesitó sumar ingresos por $939.887 para no ser considerada pobre durante el mes pasado.
Los datos oficiales fueron publicados ayer por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) y mostraron que la CBT se aceleró respecto del 3,1% de julio. Esta información se conoció en paralelo a que el número de inflación general que se conoció recientemente, 4,2 % en agosto, fue peor a lo esperado por la mayoría de las consultoras privadas y por el gobierno.
El valor de la Canasta Básica Alimentaria (CBA), que funciona como umbral de la indigencia, creció 3,9%, por encima también del 3,1% del mes previo. Eso implica que una familia compuesta por dos adultos y dos niños necesitó como mínimo $421.474 para no caer en la indigencia.
La Canasta Básica Alimentaria toma en cuenta los requerimientos de calorías imprescindibles para un varón adulto de entre 30 y 60 años, de actividad moderada, considerado “adulto equivalente”, y también toma bienes y servicios no alimentarios.
Según los datos del INDEC, entre las divisiones con mayor incidencia dentro del Índice de Precios al Consumidor (IPC), las que más aumentaron fueron las de vivienda (+7%) y transporte (5,1%). Con lo cual, los ajustes convalidados por el Gobierno en las tarifas de servicios públicos y en el transporte público son una de las principales razones de este aumento, los cuales presionaron sobre el costo de la CBT.
En tanto, la división de alimentos y bebidas no alcohólicas del IPC arrojó un alza de 3,6%, algo inferior a la suba de la CBA.
En el acumulado de 2024, la inflación general alcanzó el 94,8%; la canasta básica total aumentó 89,6% y la alimentaria (que había subido mucho en diciembre tras la devaluación) lo hizo en un 75,1%.