La coalición de gobierno de Alemania atraviesa una profunda crisis que amenaza con desencadenar elecciones anticipadas. Recientemente el canciller socialdemócrata Olaf Scholz destituyó a su ministro de Finanzas, Christian Lindner, líder del Partido Liberal (FDP), en medio de un conflicto político que sacude al Ejecutivo tripartito.
La coalición que comenzó en 2021 con la unión de los socialdemócratas (SPD), los Verdes y los liberales (FDP), está al borde del colapso. La crisis se desató cuando Lindner propuso convocar elecciones legislativas anticipadas para 2025, con el fin de sortear las tensiones sobre políticas económicas dentro de la coalición. Según el diario Bild, Lindner defendió la idea de un giro hacia políticas más liberales, algo que fue rechazado rotundamente por los socialdemócratas y los Verdes.
La decisión del canciller alemán se produce en un contexto especialmente delicado, marcado por el ascenso de la extrema derecha en el país. A principios de septiembre, el partido de ultraderecha Alternativa por Alemania (AfD) logró una histórica victoria en las elecciones regionales de Turingia y Sajonia, lo que lo convirtió en el primer partido de ultraderecha en ganar comicios en Alemania desde la Segunda Guerra Mundial.
La destitución de Lindner podría significar la salida del FDP del gobierno, lo que llevaría a la disolución de la actual coalición y a la pérdida de su mayoría en la cámara baja. Sin embargo, Scholz podría intentar continuar gobernando en minoría hasta las elecciones generales previstas inicialmente para septiembre de 2025.
Ante este situación, Scholz también anunció que solicitará un voto de confianza al Parlamento en enero de 2025, lo que podría allanar el camino hacia el final de su mandato y la convocatoria de elecciones generales anticipadas “a más tardar a finales de marzo”.
La crisis también generó críticas dentro de la propia coalición. El Partido Verde, socio clave en el gobierno, calificó el despido de Lindner como un “error”. El vicecanciller y ministro de Economía, Robert Habeck, lamentó la ruptura y subrayó la necesidad de que Alemania mostrara “unidad y capacidad de actuación”.
También destacó que existían soluciones posibles para resolver el déficit de 12.000 millones de euros en los presupuestos de 2025, uno de los principales puntos de fricción dentro del Ejecutivo.