El Presidente de la Nación, Javier Milei, se encuentra en Rio de Janeiro para el G20 en donde va a compartir agendas internacionales con varios mandatarios de grandes naciones, como en el caso de Xi Jinping, líder de China y también con la directora del FMI, Kristalina Georgieva. El libertario acaba de reunirse con el jefe de Estado del país asiático y ahora se encuentra reunido con la titular del organismo multilateral.
Milei criticó a Xi Kinping en el pasado calificándolo como «comunista» y asegurando que no haría negocios con países que tuvieran ese alineamiento político. Sin embargo, en sus últimas apariciones públicas, Milei resaltó a China como “un socio comercial muy interesante”.
Según la agenda del mandatario Nacional, Milei tuvo a las 10:20 la reunión bilateral con Xi Jinping, mientras a las 11:30 fue el turno de la cita con la directora del FMI, Kristalina Georgieva (horario de Argentina).
Milei quiere mantener el swap chino depositado en el Banco Central, y Jinping pretende relanzar la construcción de las represas en el sur y las centrales nucleares en Buenos Aires. La decisión china de renovar el swap de monedas (vigente hasta 2026), las compras de soja argentina y el posible nuevo acuerdo con el Fondo son los motivos que lo llevaron a Milei a protagonizar este giro pragmático.
Cuando termine su reunión con Xi, el presidente se encontrará con Georgieva. Argentina termina su plan de Facilidades Extendidas a fin de año, y dilata la negociación para cerrar un nuevo programa frente a una exigencia puntual del FMI: si levanta el cepo financiero, podría haber un desembolso extra que fortalezca las reservas del Banco Central.
Argentina y el FMI tienen apenas 32 días para negociar un nuevo programa, y después Washington se paraliza cuando llega la Navidad al pueblo. Milei no tiene apuro, se resiste a devaluar, y se apoyará en el flamante presidente estadounidense, Donald Trump. El libertario confía en que el líder republicano, con quien tiene simpatía y afinidad ideológica, puede favorecer el rumbo económico trazado por Milei.
El mandatario argentino hoy sólo quiere dar una señal a Georgieva, y después esperará que el presidente electo de Estados Unidos jure en enero de 2025, convencido que el nuevo presidente del país del Norte lo ayudará.