El prestigioso periodista Jon Lee Anderson publicó este lunes en la revista The New Yorker un extenso artículo donde ofrecía un perfil del presidente Javier Milei, en un repaso por su primer año de mandato. Anderson tiene una gran trayectoria periodística, ha entrevistado a algunas de las personalidades mundiales más importantes y es especialistas en temas latinoamericanos: su obra más destacada es «Che Guevara, una Vida Revolucionaria», una de las biografías más famosas del guerrillero argentino cuya actuación fue determinante para la Revolución Cubana.
El perfil de 15 páginas se titula “Javier Milei le hace la guerra al gobierno argentino”. Para escribirlo, Lee Anderson entrevistó a economistas, referentes sociales, y al propio Milei.
El escritor define a Milei como “un economista libertario dado a provocaciones escandalosas” que “quiere rehacer la nación” y consideró sus políticas de “ultraderecha”. También contó que durante su entrevista a Milei en Casa Rosada, las ventanas del despacho del presidente estaban “bloqueadas por pesadas cortinas doradas, que estaban cuidadosamente cerradas con alfileres para impedir la entrada de la luz”. Según Lee Anderson, al consultarle por las cortinas, Milei “señaló sus ojos y dijo que era fotosensible”.
“Me contó que la tarea de combatir la inflación lo mantenía trabajando desde el amanecer hasta bien entrada la noche. Sonriendo con tristeza, se dio unas palmaditas en la cabeza y dijo: ‘Me están saliendo algunas canas y se me está afinando la parte superior’”, contó.
Anderson manifestó que evitó preguntarle a Milei por su perro Conan, porque le advirtieron que hay un “tabú en torno al tema”, aunque escribe que el Presidente lo nombró durante la entrevista. “Se refiere al animal en tiempo presente y asegura que puede comunicarse telepáticamente”, afirmó el periodista. En 2023,lLa investigación del periodista Juan Luis González reveló que el mastín inglés del presidente murió en 2017, y que Milei lo mandó a clonar a Estados Unidos por la empresa Perpetuate.
Lee Anderson también narró las conductas violentas de los padres de Milei, sus pocas amistades y su paso por el fútbol y por el rock.
También habló de Karina Milei, hermana del presidente y secretaria General de la Presidencia: “Apodada con el pseudónimo El Jefe, ejerce una inmensa influencia sobre su hermano; si quiere que despidan a alguien, su decisión es definitiva”, dice el artículo.
Lee Anderson cuenta que cuando conoció a Milei, este había recortado el gasto público en un treinta por ciento y había comenzado a reducir la inflación. Sin embargo señala: “Lo hizo modificando el pacto entre el Estado argentino y sus ciudadanos: recortando los aumentos del costo de vida para los jubilados, la financiación de la educación y los suministros para los comedores populares en los barrios pobres”.
El periodista contó que consultó a Milei por la situación de los jubilados, a lo que él “reaccionó con desdén y culpó a los kirchneristas” y le respondió: “Me parece fabuloso que quieran darle un aumento a los jubilados, pero deben explicarme cómo lo van a financiar”. “Ni una sola vez expresó simpatía por los jubilados, ni siquiera los reconoció como personas”, describe el periodista californiano.
También comparó a Milei con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de quien Lee Anderson es sumamente crítico: “Ridiculiza a sus oponentes llamándolos ‘culos sucios’. Llamó a Lula da Silva, el presidente de Brasil, ‘corrupto’ y ‘comunista’, y describió al Papa Francisco, un reformista de modales apacibles, como ‘un izquierdista sucio’ y ‘el representante del diablo’”, dice Anderson de Milei.
Sobre la vicepresidenta, Victoria Villarruel, dijo que es una “guerrera cultural ultraconservadora” que “lleva años pidiendo que se recuerde a las fuerzas armadas como las ”otras víctimas“ del terrorismo”. “Al preguntarle a Milei sobre las opiniones de Villarruel, respondió que debería hablar con ella”, cuenta Lee Anderson.
A pesar de que el perfil del periodista no es para nada complaciente con el primer mandatario, este compartió la portada en su cuenta, agregando: “Fenómeno barrial. Viva la libertad carajo”.