Hoy se discute en el Senado la posible suspensión o expulsión del senador entrerriano Edgardo Kueider, sospechado de presunto contrabando y que ahora se encuentra detenido en Paraguay, luego de que se le encontraran más de 200.000 dólares sin declarar. El hecho ofrece una oportunidad para repasar cuáles han sido los demás casos dela historia argentina en donde un legislador ha sido suspendido o expulsado de sus funciones.
El caso más reciente fue el de Juan Emilio Ameri, conocido como el “diputeta”. Durante la pandemia covid-19, cuando las sesiones parlamentarias habían incorporado la modalidad del zoom para poder llevará a cabo en un contexto de restricción de la circulación con fines sanitarios, Ameri, quien creía no ser visto por su cámara, fue pescado in fraganti en una situación íntima con su esposa, en la cual terminó besándole los pechos frente a los presentes. El hecho culminó con Ameri siendo obligado a abandonar el Congreso y terminando así con su carrera política.
El primer caso data de 1853, cuando se sancionó la Constitución, y tuvo como protagonista a Pedro Ferré, representante de Catamarca en la Convención Constituyente, por negarse a seguir actuando en las sesiones posteriores a la sanción de la Constitución, en las que dicha Convención se constituyó como Poder Legislativo. Su argumento fue que su mandato era solo para participar de la redacción del texto, y no para legislar. Por eso, el cuerpo legislativo decidió “borrar” a Ferré del número de diputados del Congreso General Constituyente.
El segundo caso se registró en 1867, contra los diputados Eusebio Ocampo y Buenaventura Sarmiento, a quienes se los imputó, por haber colaborado con una rebelión contra el Gobierno Nacional producida en la provincia de Cuyo.
En 1874 fueron expulsados los diputados Juan Andrés Gelly y Obes y Francisco de Elizalde por no haber asistido a las sesiones de la Cámara durante dos meses, respondiendo a una posición partidaria que desconocía la legitimidad de la Cámara y de las autoridades nacionales.
En 1880 se produjo una expulsión masiva de diputados. A raíz de los conflictos institucionales producidos con motivo de la federalización de la Ciudad de Buenos Aires, el Poder Ejecutivo, el Senado y parte de la Cámara de Diputados decidieron instalarse en Belgrano, y un grupo de diputados que no estaban conformes con la medida decidieron no asistir a las sesiones, impidiendo que la Cámara pudiera sesionar por falta de quórum. Frente a esto, la minoría decidió declarar vacantes los cargos de los diputados inasistentes.
En 1925, fueron expulsados Luis Olmedo Cortés y José Núñez, por haber obtenido de forma ilegal grandes cantidades de dinero del Banco de Mendoza.
En 1940 fue excluido de su cargo el diputado José Guillermo Bertotto a quien se vinculó al caso de venta de tierras de El Palomar al Gobierno de la Nación.
En 1948 fue expulsado el diputado Roberto Sanmartino por haber emitido dichos considerados agraviantes contra el entonces presidente, Juan Domingo Perón.
Un año después fue expulsado el diputado Agustín Rodríguez Araya, por los dichos que emitió durante la campaña electoral contra los miembros de la Cámara Baja. Del mismo año surge el caso del diputado Atilio E. Cattáneo, imputado de haber tenido expresiones injuriosas hacia Perón, en un acto que fue considerado “de propaganda política ajeno en absoluto al desempeño de su mandato legislativo”.
En 1955 el diputado Roberto A. Carena fue expulsado por haber renunciado a su banca en disconformidad a la posible separación de la Iglesia del Estado.
Ya en la década del 90’, más precisamente en 1991, se expulsó al diputado Ángel Luque a raíz de ciertos dichos emitidos durante un reportaje periodístico, en relación al crimen de María Soledad Morales ocurrido en la provincia de Catamarca.
En 2002 fue expulsada la diputada Hilda Norma Ancarani de Godoy por haber amenazado a periodistas de un medio televisivo.
Suspensiones
En 1946 se suspendió por tres sesiones consecutivas al diputado Roberto Sanmartino, debido a expresiones que emitió durante una sesión las cuales fueron consideradas ofensivas.
En 1988 se suspendió por tres sesiones efectivas, sin goce de dieta ni beneficio alguno, al diputado Horacio Cambareri por desorden de conducta en el ejercicio de sus funciones, debido a que usó el servicio telegráfico de la Cámara con fines políticos.
En 1995, se suspendió por 45 días al diputado Eduardo Varela Cid, por desorden de conducta en el ejercicio de sus funciones, acusado de obtener beneficios personales con motivo de la tramitación de un proyecto de ley.
En 2005, el Senado suspendió al senador Raúl Ernesto Ochoa sin goce de dieta ni beneficio alguno por desorden de conducta hasta tanto pase en autoridad de cosa juzgada la sentencia judicial por haber votado dos veces en las elecciones celebradas el 14 de octubre de 2001. Debido a que el legislador terminó el período de su mandato en diciembre de 2005 estando suspendido, la Cámara no volvió a tratar ese asunto.