El presidente de la Cámara Federal de Apelaciones de Mendoza, Gustavo Castiñeira de Dios, brindó una entrevista a Radio Mitre donde habló sobre la decisión de su tribunal de emitir un habeas corpus para reclamarle a la dictadura de Nicolás Maduro información sobre el paradero y las condiciones de detención del gendarme argentino Nahuel Agustín Gallo.
Castiñeira de Dios destacó la rigurosidad jurídica del fallo para pugnar por los derechos de Gallo y subrayó que este acto tiene peso ante instancias internacionales.
“El primer elemento que surge claramente es que un tribunal de la República Argentina está exhortando a un Estado extranjero a cumplir, ni más ni menos, con las normas internacionales de derechos humanos. Es un acto judicial con toda la rigurosidad que ello implica”, dijo el magistrado sobre el habeas corpus emitido el pasado fin de semana por la Cámara Federal de Mendoza.
En el mismo se exhorta al régimen bolivariano a brindar información sobre Gallo, cómo se encuentra, en donde, y a exigir que se presente, físicamente o por medios telemáticos, al gendarme argentino ante una autoridad judicial para que pueda recibir asesoramiento legal y establecer contacto con su familia, instando a la dictadura a respetar los tratados internacionales en materia de derechos humanos, como la Convención Americana de Derechos Humanos y la Convención de Viena sobre Relaciones Consulares.
El magistrado indicó que, aunque ningún tribunal argentino puede obligar al Estado venezolano debido a los límites de la soberanía territorial, la medida está respaldada por el ámbito internacional. “No tengan la menor duda de que este acto tiene plena validez ante tribunales internacionales como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, la Corte Interamericana de Derechos Humanos o incluso la Corte Penal Internacional”, dijo Castiñeira de Dios.
El gendarme fue detenido el 8 de diciembre por fuerzas chavistas cuando ingresaba desde Colombia por el puente internacional de Táchira. Sus familiares aseguraron que Gallo tenía por objetivo visitar a su esposa y su hijo de dos años, pero nunca llegó a encontrarse con ellos y fue apresado por el régimen, que lo acusó de presuntos “planes terroristas”.