Venezuela se encuentra convulsionada por las masivas protestas opositoras contra la asunción del tercer mandato del dictador Nicolás Maduro, quien ha sacado al Ejército a la calle y recrudecido la militarización del país para desalentar y contrarrestar el rechazo de sus detractores, además de que ha llamado a una marcha de signo contrario para desalentar la reacción contra su asunción. En el país caribeño se vive un clima de tensión, ante la promesa de la líder opositora, María Corina Machado de salir de la clandestinidad en la que se encuentra bajo el régimen para encabezar, junto al pueblo venezolano, un “día histórico”.
“Nos encontraremos en toda Venezuela, con serenidad, con firmeza y con la misma energía que salimos el 28 de julio a ganar”, escribió Machado en X.
En las vísperas de la jornada se vivió una nueva ola de detenciones de opositores y dirigentes de la sociedad civil que desató la condena internacional.
Se registraron al menos 28 muertos, casi 200 heridos y más de 2.400 detenidos en apenas 48 horas en Venezuela como consecuencia de las protestas convocadas por la oposición en la previa a este viernes. Ayer se triplicaron las denuncias de opositores y dirigentes de la sociedad civil por dichas detenciones y trascendió que tres detenidos fallecieron en prisión.
En ese contexto, Maduro ha anunciado la captura de un «alto funcionario del FBI» y un «alto funcionario militar» estadounidense dentro de un grupo de siete «mercenarios» a los que acusó de estar involucrados en un complot planificado por Washington.
Entre los detenidos por manifestarse en contra del régimen se encuentra el activista Carlos Correa, y el candidato opositor Enrique Márquez. El ministro de Interior y Justicia, Diosdado Cabello, confirmó ayer, miércoles, por la noche la detención de Márquez y la relacionó con un supuesto «golpe de Estado» que habría implicado la juramentación de Edmundo González Urrutia, el candidato al que la oposición de Venezuela legítima como el presidente oficial, así como diversos países de Occidente.
Además, González Urrutia ha denunciado el presunto secuestro de su yerno, Rafael Tudares, asegurando que este fue llevado por un grupo de encapuchados cuando llevaba a sus hijos a la escuela en Caracas.
