El coordinador de la campaña de bosques de la organización Greenpeace, Hernán Giardini, pronosticó que el fuego que ya consumió más de 4000 hectáreas en el Parque Nacional Nahuel Huapi, en Bariloche, se detendría completamente recién en abril. Además, advirtió que aún podría propagarse por las laderas de los cerros con bosque nativo en la zona. «El peligro de un incendio urbano es latente», le dijo Girdini a la agencia Noticias Argentinas.
Giardini utilizó como ejemplo un incendio reciente que tuvo lugar en un domo en el cerro Otto el cual fue apagado rápidamente, ya que de lo contrario, las llamas «por ahí hubieran terminado en el centro ‘comiéndose’ un montón de casas».
También se refirió a la polémica por el inicio del fuego en la Patagonia, y señaló que «hay focos, los menos, que tienen que ver con temas naturales», pero que «el 95% de los casos se vincula a causas humanas».
«Puede ser por negligencia, que es mucha: asados mal apagados, fogatas en sitios que no corresponden, colillas de cigarrillos, quema de residuos forestales. También existe un porcentaje de intencionalidad», aseguró, y sobre este último punto se explayó: «Algunos casos tienen que ver con cuestiones psicológicas, por piromaníacos, que hay muchos más de los que imaginamos. Existen estudios acerca de una recurrencia, con gente que se dedica a prender fuego porque sí».
«Otra intencionalidad puede tener que ver con buscar un cambio de uso de suelo. Básicamente, eliminar el bosque con algún motivo especulativo, porque no le están permitiendo desforestar», dijo.
También se refirió a «la acusación que algunos dirigentes políticos a veces hacen en relación a que los incendios los provocan los mapuches”, como en el caso del gobernador de Chubut, Ignacio Torres, y calificó esta presunción como “infundada, irresponsable y maliciosa».
Otra de las cuestiones que analizó el representante de Greenpeace es la plantación de especies exóticas. Sobre esto, indicó que «en el caso de Epuyén, se vio con claridad cómo, por tener tanto pino en el ejido urbano, se pasó a un incendio de magnitud que en apenas doce horas se llevó más de 2.000 hectáreas».
«Que los focos se conviertan en incendios de magnitudes importantes tiene que ver con que el sistema actual, tanto a niveles provinciales como nacional, en general, no está adaptado a la crisis climática que estamos sufriendo», aseguró, y comparó la situación con la que se vive en Los Ángeles, donde la tecnología y los recursos no alcanzan para apagar los incendios. «Deberíamos tener muchos más brigadistas e infraestructura para el ataque rápido a los focos. Hay que tener un sistema de alerta temprana», analizó.