«Señor Presidente, sus discursos, sus publicaciones en las redes y cualquier comentario en algún medio de comunicación no los hace a título personal, sino en su carácter de Jefe de Estado argentino y, en consecuencia, sus expresiones deben ser respetuosas de la Constitución Nacional, de los tratados de derechos humanos y de las leyes, en definitiva, del Estado de Derecho. Cuando esto NO sucede, ese acto u expresión presidencial que contraviene la Constitución Nacional y las leyes carece de legalidad y entonces, deviene en un acto de hecho (de facto) contrario a lo dispuesto en el artículo 36º de la Constitución Nacional».
De esta manera y con estas palabras, Elisa Carrió abría el escrito con el cual critica al presidente Javier Milei; así, la exdirigente del PRO se suma ala ola de personalidades de la política que cuestionan los dichos homofóbicos del mandatario argentino. Ya anteriormente había sido la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner quien se había sumado a estas críticas.
Siguiendo con la carta emitida por Carrióque se difundió desde la suya cuenta oficial de X, la misma tiene un desarrollo largo y extenso que, entre otros términos, alude a «contenidos violentos y discriminatorios entre sus líneas, como así también líneas tales como ‘ posible comisión del delito de traición a la patria, abuso de autoridad, violación de los deberes de funcionario público'».
Fiel a su estilo filoso, Carrió no anduvo con vueltas y puso en evidencia el malestar colectivo que generaron los dichos de Milei, y que este sábado tendrá su pico máximo en una manifestación convocada desde las agrupaciones LGBT+.
Del lado del Gobierno, se sigue hablando de «información transgiversada»; ya en conferencia de prensa el vocero Manuel Adornis había dicho: “Setrata de interpretaciones maliciosas de parte de quienes buscan ensuciar a la administración mileísta». “Como liberales respetamos las decisiones en todos los ámbitos de las personas, incluso en cuestiones de género”, dijo