En un acontecimiento que marca un antes y un después, el gobierno de Javier Milei anuncia este martes la autorización del ingreso de carne con hueso a la región de la Patagonia, tras 24 años de restricciones. Esta modificación en las condiciones sanitarias fue publicada en el Boletín Oficial y proviene del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), que busca regularizar el comercio en el sur del país.
La medida, impulsada por el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca, tiene como finalidad estimular el comercio interno y reducir costos en la región. El gobierno sostiene que los avances tecnológicos y los protocolos sanitarios implementados aseguran la calidad y seguridad de la carne que proviene de otras áreas de Argentina, garantizando que el prestigio sanitario de la Patagonia no se vea afectado. Para ello, se llevarán a cabo estrictas inspecciones y certificaciones de origen.
Sin embargo, la resolución ha suscitado una diversidad de reacciones. Mientras algunos ven con buenos ojos la integración comercial y la posibilidad de acceder a precios más convenientes, otros expresan su preocupación respecto a los riesgos para la ganadería local. En plataformas como X y en publicaciones como El Patagónico y Tecla Patagonia, se evidencian las inquietudes de sectores locales que temen que esta apertura pueda perjudicar la competitividad de los productores patagónicos o introducir amenazas a la salud animal.
A pesar de las voces críticas, el gobierno defiende su proyecto como un paso hacia la desregulación económica, apuntando a desmantelar lo que consideran obstáculos burocráticos innecesarios. A través de voceros oficiales, se ha enfatizado que esta decisión histórica no solo busca beneficiar a los consumidores, sino también a la economía nacional, promoviendo una mayor fluidez en el mercado cárnico.
El impacto de esta medida comenzará a ser analizado en las próximas semanas, cuando la carne con hueso empiece a estar disponible en los comercios del sur argentino. En este contexto, la Patagonia se prepara para afrontar un cambio importante en su dinámica comercial, mientras el debate sobre las oportunidades y riesgos de esta decisión continúa abierto.
Impacto en el precio de la carne en la Patagonia
Uno de los objetivos principales de la nueva normativa es reducir el costo de la carne en la Patagonia, donde los precios de los cortes vacunos son significativamente más altos que en el resto del país.
Hasta ahora, en esa región solo podía venderse carne producida localmente, lo que generaba una oferta limitada y presionaba los valores al alza. Según informes recientes, en el Alto Valle de Río Negro y Neuquén, el precio del asado superó los $20.000 por kilo, más del doble del valor registrado en supermercados de la Ciudad de Buenos Aires, donde se comercializa a $8.200 por kilo.